En el marco de la histórica canonización de José Gregorio Hernández y la madre Carmen Rendiles, Banesco ha preparado un seriado especial. Este texto es la tercera y última entrega de esta serie conmemorativa.
Por: Sebastián Pérez
El 11 de agosto de 1903, nació en Caracas, la cuarta hija del matrimonio de Ramiro Antonio Rendiles y Ana Antonia Martínez: Carmen Elena Rendiles Martínez. El nacimiento de la niña estaría marcado por un suceso crucial, Carmen carecía de su brazo izquierdo, una malformación física que lejos de desalentarla, se convertiría en un símbolo de su inmensa fortaleza. Esta es la historia de una religiosa que superó contratiempos y trabajó arduamente en búsqueda del servicio a la comunidad.
Carmen se crió en un hogar profundamente católico. Su padre trabajaba en el cargo del secretario general del Banco Venezuela, lo que les permitió vivir con relativa tranquilidad económica, mientras su madre se encargaba de las tareas del hogar. En su juventud, Carmen Elena demostró un carácter decidido y alegre. Utilizaba una pesada prótesis de baquelita para simular su brazo, que en ocasiones servía para mantener el orden entre sus hermanos. Estudió en el colegio San José de Tarbes y demostró un notable talento artístico, siendo aprendiz del ilustre pintor Manuel Cabré. Además aprendió el oficio de carpintería.
Al cumplir 18 años, Carmen sufrió la pérdida de uno de sus hermanos, tras enfrentar una extraña enfermedad. Este hecho dejó una marca emocional importante en la familia. Pocos años más tarde -tres años para ser específicos-, la familia sufriría otro infortunio, la muerte de Ramiro Antonio Rendiles, quien dejó como único bien en herencia la amplia casa familiar donde vivían. Esta situación generó un fuerte y repentino cambio económico para todos. Ambos hechos moldearon el carácter de Carmen, reforzando la constancia, prudencia y fortaleza que la acompañaría toda su vida.
En 1927, Carmen a sus 23 años de edad, decidió que formaría parte de la vida religiosa. Tras ser rechazada por varias congregaciones debido a su deficiencia física, Carmen Elena finalmente ingresó a la congregación francesa Las Siervas de Jesús en Caracas, el 25 de febrero de 1927, una congregación recientemente establecida en la ciudad capital. El 8 de septiembre del mismo año, inició el noviciado bajo el nombre de Hermana María Carmen. Durante su etapa de formación, tuvo un excelente rendimiento que le valió una estancia en Francia para robustecer su formación religiosa.
Tras su regreso a Venezuela, la Madre Carmen ascendió en la congregación. En 1951 logró alcanzar el cargo de Superiora Provincial para las casas de la congregación en Venezuela, Colombia y posteriormente Ecuador. Bajo su administración, la congregación tuvo una notable expansión: fundó el Colegio Belén de Caracas; el Colegio Nuestra Señora del Rosario en La Punta, en Mérida; y abrió obras en San Cristóbal.
Con el apoyo total del episcopado venezolano, liderado por el cardenal José Humberto Quintero – primer cardenal venezolano en participar en un cónclave papal -, la Madre Carmen solicitó la separación oficial de la congregación francesa. Luego de las negociaciones, se fundó el 23 de noviembre de 1965 por decreto, la nueva y autónoma Congregación de Religiosas “Las Siervas de Jesús”: Congregationis Sororum Servarum Iesu, con la Madre Carmen como su primera Superiora General.
En 1974, luego de años de liderar a Las Siervas de Jesús y de regreso, junto a otras dos hermanas, de visitar una casa de la congregación en el Aregue (Edo. Lara), la Madre Carmen sufrió un accidente automovilístico a causa de un conductor imprudente. Este accidente la dejaría en silla de ruedas y con la salud comprometida, pero no le impidió seguir en su labor, logrando ser reelecta como Madre Superiora un año después. El 9 de mayo de 1977, la Madre Carmen falleció en Caracas, a causa de una extraña gripe.
Santa Carmen Rendiles es un ejemplo de benevolencia, carácter y perseverancia para toda Venezuela. Transformó las carencias en símbolo de trabajo y esfuerzo, demostrando que la verdadera fortaleza reside en el espíritu y dejando una huella imborrable en la educación y la atención religiosa.
Fuentes:
Traviezo, L., De Sousa, C. (2025). Madre Carmen Rendiles, la santidad con aroma venezolano. Momboy (24), 247-260. https://journal.uvm.edu.ve/index.php/momboy/article/view/398