Este avance podría marcar un hito en la expansión de la energía eólica en alta mar, un sector con gran potencial pero expuesto a riesgos ambientales significativos.
Por Saraí Coscojuela
Un equipo de investigación de la Universidad de Texas en Dallas (UTD) ha desarrollado un sensor inspirado en los bigotes de las focas que promete mejorar la seguridad de las turbinas eólicas marinas.
Estos sensores, capaces de detectar vibraciones y cambios en el flujo del agua, han sido diseñados para proteger las turbinas de las severas condiciones oceánicas, como tormentas y fuertes vientos, que pueden dañar sus estructuras.
Este avance podría marcar un hito en la expansión de la energía eólica en alta mar, un sector con gran potencial pero expuesto a riesgos ambientales significativos.
El proyecto, financiado por el Programa de Investigación del Golfo de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina, surge de la observación de cómo las focas usan sus bigotes para percibir el entorno marino.
El diseño permite que las focas detecten cambios sutiles en el agua y, en el laboratorio, se han creado sensores que imitan esta sensibilidad, lo que podría advertir a los operadores de turbinas que se encuentran en condiciones adversas.
Los bigotes de las focas han evolucionado para ser detectores de flujo increíblemente sensibles, por eso el grupo de investigación diseñó un sensor que imita la estructura en espiral de estos bigotes para monitorear las corrientes marinas.
Según los investigadores esas formas de cilindros torcidos permiten a las focas detectar los cambios en el ambiente marino.
Para probar el sensor, el equipo construyó un canal de agua de aproximadamente dos metros en el que el agua fluye a diferentes velocidades, emulando las condiciones reales del océano.
De este modo, pudieron analizar cómo reaccionan los sensores al flujo cambiante, un aspecto fundamental para prever tormentas o corrientes peligrosas que podrían afectar a las turbinas en alta mar.
Los sensores inspirados en los bigotes de foca detectan cambios de flujo sin emitir ruidos, lo que minimiza su impacto ambiental.
Además, pueden ayudar a los operadores de turbinas a anticipar condiciones peligrosas, como olas altas o fuertes corrientes, es decir, no hay que esperar a que el problema llegue.