En el mundo de los negocios, la rapidez y la agilidad son ventajas competitivas cruciales: el tiempo para un emprendedor no es solo un recurso, es el activo más valioso que posee.
Orlando Luna
“El tiempo es oro”, además de un proverbio que expresa una verdad basada en la sabiduría popular o la experiencia humana, es una frase que resuena profundamente en el mundo del emprendimiento. Porque el tiempo para un emprendedor no es solo un recurso, es el activo más valioso que posee, incluso más que el dinero. Este puede recuperarse, pero el tiempo, una vez que pasa, nunca regresa.
Para un emprendedor, que a menudo trabaja con recursos escasos y en entornos muy competitivos, la gestión de su tiempo define la diferencia entre el progreso y el estancamiento. Un minuto desperdiciado es un minuto que no se puede recuperar para dedicarlo a la estrategia, la venta o al desarrollo de productos.
En el mundo de los negocios, la rapidez y la agilidad son ventajas competitivas cruciales. Un emprendedor que domina su tiempo puede innovar más rápido, lanzar productos más ágilmente, responder mejor a las necesidades de los clientes y adaptarse a los cambios del mercado con mayor eficacia que sus competidores.
Para un manejo eficiente del tiempo, el emprendedor cuenta con recomendaciones, consideraciones clave, con estrategias y técnicas variadas y herramientas digitales que se convierten en sus aliadas.
Para una base sólida en la gestión del tiempo, considera estas recomendaciones generales:
La imprevisibilidad es la norma: aprende a ser flexible y a adaptar tu plan sin frustrarte.
Multitarea, el mito de la eficiencia: aunque parezca productivo, saltar entre tareas disminuye la concentración y la calidad del trabajo. Enfócate en una cosa a la vez.
La soledad del emprendedor: a veces, puedes sentirte solo en la toma de decisiones y la gestión del tiempo. Considera buscar un mentor o unirte a comunidades de emprendedores para compartir experiencias y consejos.
La perfección es el enemigo de lo bueno: no esperes que todo sea perfecto antes de lanzarlo. “Hecho es mejor que perfecto” es una máxima que te permitirá avanzar.
Delegar no es renunciar al control: reconoce cuándo una tarea puede ser realizada por otra persona. Delegar libera tu tiempo para enfocarte en lo que solo tú puedes hacer.
Define tus objetivos con claridad: antes de abordar cualquier tarea, piensa ¿qué quiero lograr hoy, esta semana, este mes?
Establece límites claros: el emprendimiento puede difuminar los límites entre el trabajo y la vida personal. Establece horarios específicos para trabajar.
Cuida tu bienestar: el agotamiento es enemigo de la productividad. Asegúrate de dormir lo suficiente, comer bien, hacer ejercicio y tomar descansos.
También es conveniente incorporar a la gestión de tiempo, unas técnicas probadas y exitosas como la matriz de Eisenhower, la técnica del “pomodoro”, la regla de los dos minutos, el bloqueo de tiempo, etc.
La gestión del tiempo para un emprendedor no es una habilidad innata, sino una práctica constante. Requiere autoconciencia, disciplina y la voluntad de experimentar con diferentes enfoques hasta encontrar lo que te funciona mejor.
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