El secreto de la felicidad y la mayor productividad en el trabajo es simple: primero, dedícale largas horas todos los días. Segundo, revisa constantemente tu correo electrónico del trabajo fuera de las horas de trabajo. Tercero, haz más con menos, año tras año.
Eso es todo. Ese es el secreto, de acuerdo con las investigaciones de… nadie. No hay nada que avale este proceder, sin embargo, así es como funcionan muchos empleados en el trabajo, cada día de cada semana de cada año. Y a menudo es lo que esperan de ellos los empleadores, ya sea explícita o implícitamente.
“El modelo de la forma de trabajar ha sido la máquina, y más recientemente, la computadora. Más grande y más rápido sigue siendo el mantra prevaleciente,” escribió Tony Schwartz, fundador de The Energy Project, en un estudio de 20.000 empleados.
Pero Schwartz advierte que esa es una fórmula fallida para los seres humanos, quienes “están diseñados para operar en intervalos regulares entre el gasto y la renovación de la energía”.
Su estudio, realizado en colaboración con Harvard Business Review, reveló lo que está ausente en más del 50% de los empleados encuestados:
- Tiempo para el pensamiento creativo o estratégico
- Posibilidad para centrarse en una cosa a la vez
- Oportunidades para hacer lo que más les gusta
- Oportunidades de aprendizaje y crecimiento
Más del 40% de los empleados tampoco tenían:
- Energía positiva en general
- Posibilidad para equilibrar el trabajo y la familia
- Posibilidad para desconectar del trabajo
Mientras tanto, otros estudios confirman lo que bien saben los atletas de alto nivel: trabajar duro es útil, pero el tiempo de recuperación es igual de importante para un rendimiento máximo.
El profesor de psicología K. Anders Ericsson estudió a los violinistas profesionales y encontró que obtienen el máximo provecho de su práctica cuando se limita a unas cuatro horas al día, con descansos en el medio.
Los grandes escritores a menudo reservan sus mañanas para escribir, y pasan el resto del día haciendo tareas menos desgastantes.
¿Qué podemos aprender nosotros de esto?
“Ni los expertos son capaces de mantener una concentración total por más de 4 o 5 horas al día”, dijo Ericsson.
Por supuesto, una jornada laboral de cuatro horas con algunos descansos no es viable –ni financiera ni profesionalmente– para la mayoría de la gente.
Pero lo que sí podemos hacer es mejorar la gestión del tiempo en el trabajo.
Por ejemplo, The Energy Project aconseja que las personas trabajen en ciclos de no más de 90 minutos alternados con un breve descanso. Incluso una siesta de vez en cuando.
Las personas que así lo hacen reportan tener mayores niveles de concentración, creatividad y sentido de bienestar, dijo la consultora.
Otra buena idea: Deja la pluma, la computadora y los papeles cuando termine tu jornada de 8 horas. Vete a casa, al gimnasio, convive con los amigos, con tus hijos, ponte a limpiar, lo que sea. Pero dejar el trabajo atrás.
“Los empleados que trabajan al menos 55 horas en comparación con los que trabajan 40 horas o menos se sienten 21% menos comprometidos y 27% menos concentrados”, según el estudio de Schwartz.
Entendemos que es más fácil decirlo que hacerlo, sobre todo cuando trabajas para jefes que piensan que el trabajo es lo primero y lo demás es secundario, incluyendo tus compromisos familiares y bienestar personal.
Pero ese tipo de liderazgo impide que la empresa y el empleado alcancen sus máximas potencialidades.
Aunque sólo la quinta parte de las personas encuestadas en el estudio de Schwartz dijeron que sus jefes instrumentan modelos más “sostenibles” de trabajo, quienes trabajan para ellos se sienten mucho más comprometidos y satisfechos en el trabajo, y por lo tanto es mucho –pero mucho más– probable que se queden en la empresa.
Fuente: CNNEnEspañol.com