El dueño no sólo tenía la obligación de alimentar y vestir al esclavo, sino también a su mujer y a sus hijos, según Real Cédula de 1789. Ver: Ildefonso Leal, El primer periódico de Venezuela y el panorama de la
Por Real Cédula de 1789, el trabajo de los esclavos se debía adaptar a sus edades, fuerza y robustez, con dos horas de descanso al día. Ver: Ildefonso Leal, El primer periódico de Venezuela y el panorama de la cultura