Lo que comenzó el 19 de abril de 1810 como un movimiento autonomista por parte de los criollos caraqueños, pero que guardaba fidelidad al rey Fernando VII, un año después no sólo superó el ámbito de Caracas al sumarse otras provincias, sino que implicó la ruptura definitiva con el nexo colonial español. Con esta finalidad, se instaló en Caracas, el 2 de marzo de 1811, el primer Congreso de Venezuela, con la representación de Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Mérida, Barcelona y Trujillo. Estas siete provincias, que formaban la “Confederación Americana de Venezuela en el Continente Meridional”, quedaron simbolizadas en las siete estrellas de la bandera nacional venezolana. Las provincias de Coro, Maracaibo y Guayana quedaron excluidas del Congreso por estar dominadas por los españoles.
A medida que se fueron desarrollando las sesiones del Congreso, la idea de la Independencia fue ganando adeptos. Muchos diputados la apoyaron con apasionados alegatos, otros con argumentos históricos. Entre los que se oponían a la ruptura definitiva con la corona española se encontraba el sacerdote de La Grita, Manuel Vicente Maya, quien pronto se vio abrumado por los discursos de Fernando Peñalver, Juan Germán Roscio, Francisco de Miranda, Francisco Javier Yánez y muchos más, favorables a la idea de la Independencia absoluta.
Fuera del salón de sesiones, los ánimos de los jóvenes radicales se caldeaban en las reuniones de la Sociedad Patriótica, asociación revolucionaria fundada por Francisco de Miranda y principal promotora del rompimiento con España. Fue allí donde Simón Bolívar, ante las dudas sobre la Independencia, lanzó su famosa pregunta: “¿Trescientos años de calma, no bastan?”.
El 3 de julio se inició el debate en el Congreso. El día 5, a comienzos de la tarde, los 41 diputados proceden a votar. A las 3 de la tarde, el presidente del Congreso, diputado Juan Antonio Rodríguez Domínguez, anunció solemnemente la Independencia absoluta de Venezuela aprobada por los diputados constituyentes, con la sola excepción del padre Maya.