La férrea voluntad de nuestros atletas a lo largo de la historia tiene su mejor ejemplo en la primera intervención de un deportista criollo en el evento deportivo más importante del planeta: el ciclista trujillano, de 23 años de edad, Julio César León, quien compitió en pruebas de velocidad en Londres-1948
Por: Javier González | @javiergon56 – Carlos Figueroa Ruiz | @CFigueroaRuiz27
Residenciado en Caracas desde finales de la década 1930, León participó en competencias nacionales e internacionales de ciclismo, además de ganar una importantísima carrera en Trinidad y Tobago en el año 1941.
Poco a poco se convirtió en uno de los corredores más destacados del país, obteniendo los campeonatos nacionales en los años 1940, 1941 y 1942.
En 1946, formó parte del equipo venezolano de ciclismo, entrenados por Teo Capriles, que intervino en los V Juegos Centroamericanos y del Caribe, disputados en Barranquilla. Lamentablemente, León no pudo competir porque enfermó al llegar a Colombia. Luego, en 1947 se adjudicó la medalla de oro en ciclismo de velocidad en los II Juegos Bolivarianos, en Lima, Perú. Fue allí cuando el Comité Olímpico Venezolano (COV) comenzó a interesarse en la posibilidad de que León representara al país en otros eventos internacionales.
Su sed por aumentar el nivel técnico lo llevó a buscar los medios para asistir a los Juegos Olímpicos de Londres 1948. León fue subestimado por las autoridades de la Federación Venezolana de Ciclismo (FVC), pero Julio Bustamante, directivo del COV, y la embajada británica en Caracas, lo apoyaron para que emprendiera su viaje a Europa. El COV aportó $2.500 y la mencionada representación diplomática cubrió el traslado aéreo en un avión Lancaster de la Royal Air Force que realizó el trayecto de Caracas a Londres en 16 horas, con escala en la isla Bermudas.
Julio César viajó a tierras británicas a principios de julio acompañado de su esposa, el entrenador italiano Grande Allegri y su flamante bicicleta de carrera marca Red Hawk. A su llegada a Londres no tuvo orientación para alojarse en la Villa Olímpica, tampoco indicaciones para el uso del comedor. Una semana antes de comenzar los juegos, arribaron en la capital inglesa Bustamante, el representante de la FVC, Alberto París, y el periodista Juan Antillano Valarino (AVJ), quienes contactaron al atleta venezolano y lo consiguieron preocupado porque su esposa había enfermado y él no se estaba alimentando bien porque tenía dificultades con el idioma.
Después de innumerables diligencias, el directivo del COV logró atención médica para la cónyuge de León y servicio de comedor para éste. También, a duras penas, consiguió que le aceptaran la inscripción del atleta venezolano en las pruebas de ciclismo, evidenciando que no contaba con suficiente experiencia en el aspecto logístico y de protocolo del exigente evento que se celebró del 29 de julio al 14 de agosto de 1948.
Un día antes de la inauguración de los juegos, Bustamante y Antillano Valarino consiguieron una bandera de Venezuela por intermedio del secretario de nuestra embajada en Londres, Luis Colmenares Pacheco. León la recibió y acordaron que se verían en el estadio de Wembley para participar en la ceremonia de apertura.
El mismo tuvo dificultades para abordar el transporte de la villa al escenario. Nuevamente la barrera del idioma y la escasa experiencia de la reducida delegación criolla impidieron que el pabellón venezolano estuviera presente por primera vez en un acto inaugural olímpico.
León en el velódromo
Bien preparado, pero sin contar con suficiente experiencia ante rivales sumamente experimentados, el pedalista que entonces militaba en las filas del Club Ciclista Olimpo, se convirtió en el primer atleta criollo que representó a Venezuela en unos Juegos Olímpicos, gracias a un exitoso desempeño que, de acuerdo con los expertos de la época, lo ubicó en la élite universal como el octavo mejor del mundo en la exigente prueba del kilómetro contra reloj, que se desarrolló en el velódromo Herne Hill.
Su intervención fue destacada en la mayoría de los medios de la época. En la primera prueba eliminatoria, en la especialidad de mil metros, disputada el 7 de agosto, fue superado por el argentino Clodomiro Cortoni en la sexta serie. Acudió entonces al
repechaje y le tocó medirse en la serie 1 al trinitario Compton Aloysius Gonsalves, al que superó para avanzar a los octavos de final. En esta fase León no tuvo fortuna, pues fue vencido por el italiano Mario Ghella, quien a la postre logró llevarse la medalla dorada. En la competencia del kilómetro contra reloj, León dejó registro de 1 minuto, 18 segundos, 1 centésima para ocupar la décima cuarta casilla entre 21 competidores.
La edición del diario El Nacional del jueves 19 de agosto de 1948, se destacó que León fue considerado entre los ocho mejores pedalistas del mundo, en un trabajo del periodista Napoleón Arraiz, quien firmaba sus crónicas deportivas con las iniciales E. H. (El Hermanito), indicó que había: “Buenas noticias de Londres! Lo que no nos dijo el cable, tan escueto, viene a aclararlo correspondencia recién llegada de la capital británica, que pone las cosas en su punto. Julio César León, nuestro humilde muchacho pedalista, cumplió una verdadera hazaña en su actuación en las Olimpíadas Londinenses”.
“En el kilómetro contra reloj, supimos también que Julio César clasificó, y muy bien, por cierto. En su marca, sólo fue superado por pedalistas europeos ─ italianos, franceses y belgas ─ y por el argentino Jorge Sobrevilla, que rebajó su tiempo en apenas una décima de segundo. Además, Julio César no pudo lucir en plenitud de condiciones, puesto que no medió tiempo de reposo entre la dura disputa de una y otra pruebas”.
Posteriormente, en la década de 1950 Julio César León, quien nació en Trujillo, estado Trujillo, el 2 de febrero de 1925, cosecharía éxitos en diversas competencias internacionales. Fue campeón centroamericano y panamericano.
León fue el primer atleta que representó a Venezuela en unos Juegos Olímpicos. Sin embargo, vale destacar que el primer deportista criollo que participó en unas olimpíadas fue el tenista valenciano Luis María Heyden, quien formó parte de la selección alemana en los juegos de Estocolmo, en 1912.