El futuro duplicado

Por Froilán Fernández @froilan

En una de las diversiones matemáticas que pueblan el libro “El hombre que calculaba”, está la historia del inventor del ajedrez, que habría pedido a un rey persa un grano de trigo por la primera casilla del tablero, dos granos de trigo por la segunda, cuatro por la tercera y así sucesivamente. El rey concedió la petición del inventor y mandó a sus matemáticos a realizar el cálculo. Se asombró cuando tuvo la respuesta, pues esa recompensa superaba con creces la producción de trigo de su reino de varios años: 18.400 millones de toneladas.

banesco-blog-el-hombre-que-calculaba

Y es que el crecimiento exponencial supera cualquier límite que imaginemos, como ocurre con el poder de cómputo de las computadoras, o de los celulares que también se duplica, aunque lo hace aproximadamente cada dos años, o 18 meses para ser más precisos. La predicción sobre la duplicación del poder de cómputo, o del número de transistores que se pueden alojar en un chip, se conoce como la Ley de Moore y data de 1965.

Si bien en la práctica el poder de cómputo no es directamente proporcional al número de transistores, si se puede comprobar que el poder de cómputo de una determinada configuración de hardware ha crecido decenas de millones de veces en 52 años.

Los ejemplos sobran: un smartphone actual es mucho más poderoso que el computador de 200 kg que acompañó a los primeros astronautas que pisaron la luna.  Pero resulta más sencillo comparar los computadores personales, que comenzaron a masificarse en 1981, con el IBM PC.

Medida millonaria

 

poder de cómputo

El millón de instrucciones por segundo (MIPS) es una medida adecuada para comprobar esta evolución del poder de cómputo, pues el IBM PC tenía menos de un Mips cuando salió a la venta hace 36 años. Podía ejecutar unas 500.000 instrucciones por segundo (0,5 MIPS).

Para PCs de escritorio y portátiles, este índice de rendimiento ha crecido más de 1.000 veces y, en el caso de un teléfono inteligente, unas 350 veces. Mientras tanto, el precio se ha divido entre cinco, pues con los 5.000 dólares que costaba ese PC pionero (no fue el primero, pero sí el que estableció los estándares) hoy se puede comprar el mejor ultrabook (Una MacBook Pro 😉 un PC de escritorio, una tableta vanguardista, un Smartphone y sobra dinero.

Por supuesto, el contexto ha cambiado mucho en tres décadas. Al inicio de los 80 sólo una élite entre las comunidades académicas participaba en un Internet incipiente y fue en los 90 cuando Internet trasciende al público masivo y, paralelamente, se comienza a perfilar la revolución móvil.

El progreso del poder de cómputo y de la banda ancha, junto a celulares más inteligentes, es lo que configura el mundo digital actual. ¿Pero qué viene en los próximos años?

En 2006, el visionario Ray Kurzweil pronosticaba para 2009 que un PC realizaría un millardo de cálculos por segundo y se quedó corto casi por dos unidades de magnitud. “Prácticamente, no se utilizarán cables, pero seguirán existiendo teclados”, decía acertadamente como lo demuestran los PC Todo-en-Uno y los celulares –aunque el teclado en este último caso es virtual–.

El aspecto de los PC de alta resolución cambiará, decía Kurzweil. “Se encontrarán en la ropa, en joyas o tendrán el tamaño de un libro de escaso grosor”.  ¿Una tableta flexible o una pulsera digital que también actúa como celular?

Los comentarios estan Cerrados.