Su historia es un recordatorio de que el emprendimiento es un viaje dinámico de aprendizaje, adaptación y perseverancia

Por Orlando Luna

No todos conocemos que Netflix, la mayor empresa de streaming del mundo, con más de 280 millones de suscriptores, en sus días iniciales de 1997, era simplemente un servicio de alquiler de DVD. Sí, has leído bien. En ese tiempo, la gente solía ir a las tiendas de video, buscaba entre estantes llenos de películas en DVD y esperaba en largas colas.

Netflix eliminó esas molestias al permitir que los usuarios seleccionaran las películas que querían ver desde la comodidad de su hogar. Con un simple “clic”, los vídeos llegaban a los buzones de la gente. Con ese cambio en el modelo de negocio, también se puso fin a las frecuentes multas por retraso. 

Aprovechando el avance de la tecnología y el aumento de la velocidad de Internet, Netflix lanzó su servicio de streaming. Esta transición fue un golpe maestro: no solo hizo que el proceso fuera más rápido y sencillo para los clientes, sino que también le permitió expandir su oferta y, luego, comenzar a producir contenido original.

Netflix ha recorrido un largo camino desde sus humildes comienzos como un servicio de alquiler de DVD. Su capacidad para adaptarse y evolucionar con las tendencias del mercado, lo ha convertido en un líder indiscutible en el mundo del entretenimiento.

Esta historia deja varias lecciones valiosas a pequeños emprendedores: por ejemplo, el éxito no siempre lo tiene quien llega primero, sino el que tiene la capacidad de adaptarse, innovar y tener al cliente como principal preocupación.

Cuentan que Netflix nació de la frustración de Reed Hasting, uno de sus cofundadores, con los recargos por mora en los videoclubes, por no devolver las películas a tiempo. Desde el principio, Netflix se centró en la comodidad del cliente: sin recargos por mora, entrega a domicilio, y luego la capacidad de ver contenido al instante.

La recién llegada empresa, también comprendió el poder de la diferenciación; encuentra qué te hace único: no tienes que competir únicamente por el precio, puedes hacerlo por calidad o por servicio al cliente. 

Finalmente, siempre piensa en grande, incluso si eres pequeño: ten una visión ambiciosa para tu negocio, a pesar de que tus recursos sean limitados al principio. Un gran sueño puede guiar tus decisiones y motivarte a superar obstáculos.

La historia de Netflix es un recordatorio de que el emprendimiento es un viaje dinámico de aprendizaje, adaptación y perseverancia.

Fotografía: Freepik