Las guardianas rosadas del Orinoco

Publicado : 22 diciembre, 2025

Categoria : De interés, Destacados, Medio Ambiente

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Por: Yuly Castro

Entre los laberintos de caños y morichales del Orinoco, nuestro delfín rosado lucha por sobrevivir. Tan elusiva como emblemática, la tonina (Inia geoffrensis), que durante siglos ha sido parte del paisaje de las comunidades ribereñas, hoy se encuentra amenazada como nunca antes.

De figura robusta y singular, con un largo pico distintivo; y coloración que varía del gris al rosado intenso con la edad, las toninas fueron consideradas abundantes en la cuenca del Orinoco, que se extiende desde el sur de Venezuela hasta el oriente colombiano.

La especie se encuentra en ríos de tierras bajas de corriente rápida, tanto en ríos de aguas bravas o turbios originarios de los Andes con alto contenido de sedimentos, así como en ríos de aguas claras o negras de origen amazónico. En la cuenca del Orinoco, estos delfines se encuentran frecuentemente en las confluencias de diferentes tipos de ríos, en zonas de aguas mixtas.

Son mamíferos que tienen comportamientos sociales complejos, con jerarquías, cooperación para cazar e incluso lenguaje para comunicarse entre ellos. Tienen capacidad de aprendizaje y de resolución de problemas. Utilizan la ecolocalización para ubicarse, que consiste en ondas que emiten y que rebotan en los objetos del entorno.

Pero estudios recientes advierten que sus poblaciones están disminuyendo de forma alarmante. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasifica a la especie como “En Peligro”, y organizaciones como la Fundación Omacha reportan caídas en su número, especialmente en zonas impactadas por la minería, la contaminación petrolera y la pesca no regulada.

La sobrepesca reduce la disponibilidad de alimento, las redes provocan capturas accidentales y, en algunos casos, la caza deliberada —para usar su carne como carnada o para “remedios”— sigue siendo una práctica clandestina. A estas amenazas se suman los derrames petroleros y los residuos de la minería ilegal, que contaminan el agua con mercurio y otros metales pesados.

La construcción de represas y dragados, además, separa su hábitat y dificulta sus rutas de migración estacional.

¿Qué se está haciendo?

No todas son malas noticias: un grupo de biólogos encabeza un proyecto de conservación de delfines de río en el Orinoco y sus afluentes, con el fin de estimar su población e identificar las principales amenazas de la especie. Se trata del Proyecto Sotalia, a cargo de Yurasi Briceño, bióloga y directora del programa que ya tiene más de cuatro años de existencia.

“Hay una reducción muy fuerte del hábitat de las toninas, lo más triste es que a veces los habitantes de estas zonas no saben cuáles son las causas. Hay áreas de su distribución natural que ya no están ocupando y sabemos que es por acciones humanas”, manifestó la bióloga al medio de comunicación regional Correo del Caroní.

Desde el 2014 no se actualiza el número de ejemplares, por lo que el proyecto se propone poner al día el censo y hacer una estimación poblacional de toninas en ríos pequeños donde nunca antes se ha hecho.

La bióloga informó que el proyecto Sotalia busca rescatar delfines de río con la participación de comunidades locales. Han documentado rescates en los llanos, donde los pobladores ayudan a liberar a las toninas atrapadas, y desean recopilar información sobre estas acciones.

En 2018, el Estado venezolano publicó el Plan de acción de conservación de mamíferos dulce acuáticos en Venezuela 2017 – 2027. La tonina del Orinoco se considera una especie vulnerable y por lo tanto tiene una veda indefinida, es decir, prohibición total de caza, captura, uso y transporte de la especie.

Proteger a nuestras guardianas del Orinoco requiere voluntad política, cooperación transfronteriza y el compromiso de las comunidades que conviven con ellas desde hace siglos.

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