Pdvsa pagó $1.000 millones de indemnización a las transnacionales por José Suárez Núñez (@petrofinanzas)

Publicado : 7 agosto, 2015

Categoria : De interés

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En los últimos 13 años anteriores a la nacionalización petrolera (1963-1975) las empresas concesionarias habían extraído más de 16.000 millones de barriles de crudos de 20.115 pozos, según los archivos del despacho de Petróleo y Minas, de los cuales 10.500 millones fueron crudos que se exportaron y 4.800 de barriles eran productos derivados del petróleo.

Si Venezuela no hubiera adelantado la nacionalización en 1975, cuyos contratos estaban vigentes con las empresas extranjeras hasta 1983, no habría tenido que pagar indemnización a las 24 empresas extranjeras que eran concesionarias.

Venezuela desembolsó 1.000 millones de dólares (alrededor de unos 4.300 millones de bolívares de la época) y todas las propiedades, taladros, edificios, refinerías, almacenes, terminales y toda la infraestructura pasó a manos del Estado Venezolano.

No se pagó de inmediato, sino que pasó por un trámite que se identificó como las “reparaciones”, un mecanismo que todos los años se realizaba, donde Venezuela sacaba cuentas con los concesionarias de pagos fiscales adicionales y otros asuntos administrativos. Por esa demora no hubo quejas, ni problemas, y el pago físico se produjo durante la administración del presidente Luis Herrera Campíns.

Como era de esperarse el arranque de la nacionalización no fue fácil, porque cuando las empresas internacionales fueron informadas varios años antes del proceso, siguieron operando normalmente, hicieron los mantenimientos habituales, pero no hicieron nuevas inversiones. Eso significó que la declinación natural de los pozos cayó como un millón de barriles diarios, lo cual era lógico que sucediera según un elemental criterio comercial.

La nacionalización fue significativa. Eran años de mucha convulsión en el hemisferio, de insurrecciones, cambios de gobiernos por golpes de estado y Venezuela mientras tanto, mantenía uniformidad política y cada 5 años cambiaba de presidente.

Días después de nacionalizado el petróleo, The New York Times en un largo artículo describió el suceso como “una nacionalización modelo” y ejemplo para otros países de la región, según agregó.

El primer año de actividades bajo la nacionalización petrolera fue de transición y consolidación. Los gerentes venezolanos se dedicaron a la planificación de las finanzas de la casa matriz, sobre la comercialización con los nuevos clientes, racionalización de las operaciones fundamentales, que hacían 14 compañías y ahora estaba en manos de 4 empresas criollas: Lagoven, Maraven, Corpoven y Meneven.

Era urgente levantar la producción para llegar a un bombeo de 2,2 millones de barriles diarios de crudos, planes importantes para la producción y comercialización de los crudos pesados, que representaban el 75 por ciento de nuestras reservas petroleras, sin incluir la Faja del Orinoco, de crudos extrapesados. Como los precios de los crudos pesados eran más baratos que los medianos y livianos, había que hacer énfasis en esto.

De lo que no había dudas era de que en los campos de crudos convencionales y los de la Faja del Orinoco, no había “riesgo exploratorio”, eso significa una carta de garantía para los futuros inversionistas, porque en Venezuela no había riesgos de encontrar pozos secos.

Se lanzaron de inmediato a una campaña exploratoria de 17.600 kilómetros de sísmica en tierra firme y costa afuera. Comenzó una vigorosa exploración de cientos de pozos a una profundidad de 4.600 metros, que fue la clave para encontrar grandes y nuevos volúmenes de petróleo en los cientos de campos que se habían perforados un par de décadas antes.

Se hicieron grandes asignaciones de recursos en nuevas asignaciones exploratorias. Habían nuevas tecnologías, que lógicamente no experimentaron las concesionarias, porque ya estaban haciendo las maletas para retirarse. Pdvsa estaba trabajando para escudriñar la columna geológica venezolana, en áreas por donde no había pasado el taladro de las transnacionales.

Entre 1976 y 1978 la nómina de Pdvsa subió de 23.285 personas a 29.822 personas, para cubrir los niveles de empleo requeridos para los nuevos proyectos. Ese año se suministraron al mercado interno 141.000 barriles de gasolinas de todos los octanajes y comenzaron los planes para producir menos “residuales” a los EEUU que era el principal y seguro comprador y vender productos que tenía un mejor valor.

Sin embargo, recién estrenados como operadora internacional aparecieron las siguientes señales: la producción mundial había llegado a 62,8 millones de barriles en 1979, bajó a 59,7 millones de barriles diarios para 1980 y siguió bajando hasta 56,2 millones en 1981. La producción de la Opep que se había situado en 31,3 millones de barriles en 1977, tres años después en 1980 cayó a 26,3 millones de barriles. Pero al año siguiente en 1981 bajo más, para situarse en 22,6 millones de barriles, lo cual era una situación no esperada.

En tres años la producción había bajado 8,7 millones de barriles y la Pdvsa de esos años tuvo que enfrentarse a un rudo golpe, y tuvo que aprender en medio de las circunstancias. En la primera década ya la empresa comenzaba a buscarse posiciones de excelencia en el mercado mundial.

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