Por José Suárez Núñez
Rachael Ray, la chef y personalidad de la TV estadounidense, es una figura divertida, graciosa y cordial que levantó una fortuna millonaria, detrás de los fogones de una cocina.
La familia de Ray manejaba varios restaurantes en Massachusetts y Nueva York, y Rachael empezó en 1995 en el mostrador de la tienda de dulces de Macy’s de Nueva York. Los que han escrito sobre ella dicen que se produjo una combinación de la necesidad con las ganas de la innovación. Pero si les agregan la pasión se produce un triangulo perfecto.
Ray había visto que para la gente resultaba normal esperar 30 minutos para que le trajeran al trabajo o a la casa una pizza. Nacida en el seno de una familia dedicada al negocio de los restaurantes, Ray había aprendido de su madre hacer platillos exquisitos y en un momento determinado llegó a tener muchos clientes para los platos que ella misma cocinaba.
Las chef se preocupó al observar que a la par de que crecía la demanda de comidas preparadas, bajaba la compra de alimentos frescos. Les preguntaba a sus clientes porqué no cocinaban y la respuesta era la misma: “No tengo tiempo y es más fácil cocinar las comidas ya preparadas”.
Rachael decidió ofrecer unas clases que llamó “Comidas en 30 minutos”. Pensó que si la gente estaba dispuesta a esperar 30 minutos para que le llevaran la pizza, cuya preparación no le consumía más de 30 minutos, aceptarían perder 30 minutos en hacerlas ellos mismos.
Pare ese momento, los chef reconocidos no estaban dispuestos a dar esas clases por poco dinero, pero Ray no se detuvo y decidió asumir la nueva actividad ella misma. Una emisora local le ofreció insertar las clases en la sección de cocina. Aceptó la oportunidad, aunque sólo le pagaban algo para la compra de los ingredientes.
Ese programa que se realizaba en Albany, llegó a un segmento del programa Today de la poderosa NBC de New York. Ray terminó firmando un contrato con Food Network: así saltó al mapa gastronómico de la televisión estadounidense con diversos shows. Ese impulso en la TV significó para Ray la venta de millones de libros, la edición de su propia revista, la emisión de un programa diario en la TV y la distribución de una línea de utensilios de cocina.
Raquel Ray le declaró a Camille Gallo, periodista de la fuente de negocios de CNN, “creo que si usted ama lo que hace, la parte mágica ocurre orgánicamente, usted va a trabajar más duro que otras de sus colegas y nunca pierdan su tiempo en cosas que no pueden cambiarse, aunque los demás piensen mal de usted.
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