De la boca para afuera muchos hablamos de tolerancia y respeto por los demás.
Desde que somos pequeños, nuestros padres nos enseñan y demandan a respetar a los mayores, sobre todo en nuestra cultura donde hay una diferencia clave y un énfasis entre un “tú” y un “usted”.
Se nos enseña a respetar al padre, al jefe, bajo el argumento de ser buen cristiano o bien educado y, a pesar de ese llamado, en muchos casos no nos dan las herramientas en la infancia para respetar a los demás sin importar edad, sexo, religión, sexualidad o hasta género.
Aprender a tolerar y respetar a personas diferentes a nosotros es clave no sólo para la felicidad del prójimo sino también para la nuestra. ¿Porqué? Porque nos permite tener una sociedad que respeta ideas y promueve el aprendizaje.
Tal vez porque soy una optimista crónica y vivo con los pies en el cielo, creo y estoy segura que en un mundo de diferencias todo es más enriquecedor. Un mundo donde podamos ir contra la corriente sin miedo a una repercusión, donde no señalemos al prójimo por ser gay o transexual, por ser negro, por ser pobre o por no votar por tu candidato preferido.
Conocimiento, tolerancia y respeto: la clave para dar felicidad y ser feliz en el camino.
Fuente: CNN en español