El ministro petrolero de Irán, Bijan Zanganeh declaró a Bloomberg que su país está en capacidad de colocar en el mercado 1 millón de barriles diarios, y advirtió también que tienen que hacer muchas inversiones, pero no las tienen en estos momentos y están negociando con empresas europeas en ese sentido
Irák ha dicho que están bombeando volúmenes de 740.000 barriles diarios de crudos, para compensar los robos de mercado que les hizo Arabia Saudita durante las épocas recientes que tuvieron problemas.
El reino saudí podría responder de varias maneras, según Chatam House, un “think thank” con sede en Londres. Puede hacerse de oídos sordos a las llamadas de un recorte coordinado de producción, como lo ha hecho desde la imposición de un acuerdo de la Opep en noviembre del año pasado, para que las fuerzas del mercado fijaran los precios de acuerdo a su ministro petrolero Alí al-Naimi.
Podría culpar a un debilitamiento de la economía china por el fracaso de esa política, y sugerir que está listo para un replanteamiento. O podría llegar a un acuerdo con Irak e Irán para las cuotas de producción.
Este último, según los analistas, es lo más difícil porque Irak e Irán creen que los saudíes han robado sus cuotas de mercado durante los pasados y recientes problemas de estos, (Irán e Irak) y también son relativamente productores de bajo costo de modo que puedan soportar una guerra de precios.
Las tensiones por la supremacía regional entre los saudíes sunníes y los chiíes de Irán también nublan el panorama, aunque los analistas tienen otra interpretación del problema y consideran que cuando se trata de la política de la Opep, el dinero es más importante que la geopolítica.
“Wait to see”
Los recientes problemas de China han dado a los saudíes un pretexto para ocultar si quieren cambiar de rumbo. Paul Stevens, de Chatham House, un think-tank con sede en Londres, dijo que podrían argumentar que el bajo precio del petróleo es la respuesta a la caída de la demanda global, y no el exceso de oferta.
Sin embargo, es probable que el reino saudí sea firme y no va a soportar la carga por sí sola. Recordará que entre 1980 y 1985, su producción de 10 millones de barriles diarios se desplomó a 6 millones de barriles diarios, y llegó a menos de 2,5 millones de barriles y los precios continuaron cayendo. Esa lección nunca se ha olvidado.
Las sucesivas alzas de los precios petroleros durante 1979 y 1980, después del segundo embargo petrolero de 1978, generaron una acumulación exagerada de almacenamiento de petróleo (inventarios). En esos días la compra-venta estaba dando beneficios superiores en poco tiempo, a los países que almacenaron petróleo.
A finales de 1981 la Opep decidió controlar la producción y anunciaron congelar los precios para 1982 a 34 dólares el barril del crudo árabe liviano. Los productores que habían acumulado grandes inventarios los volcaron en el mercado internacional, presionando hacia la baja y como consecuencia los precios de la Opep, comenzaron a derrumbarse y los países miembros registraron una etapa difícil.
En septiembre de 1983 la Opep se reunió en Londres, en una legendaria reunión de varios días y bajaron el precio de 34 a 29 dólares el barril, que era una competencia clara al Brent del Mar del Norte. Además fijaron el tope de producción de la Opep a 17,5 millones de barriles diarios. Fue un gran salto hacia abajo, porque la Opep en 1979 producía 31 millones de barriles diarios, una sobreoferta como la actual.
Venezuela concurrió con una numerosa delegación, que encabezaba Humberto Calderón Bertí y llevó consigo como jefe técnico a Alberto Quirós Corradi, recientemente fallecido, un sólido gerente petrolero y ex presidente de Maraven.
Se acordó una cláusula especial y los miembros se comprometieron a no conceder descuentos a los clientes y respetar las cuotas de producción. Sin embargo, hay que decirlo, estos compromisos no se cumplieron. Eso mismo hacen en la actualidad, los productores que tienen una producción cerrada.
Para 1986 se debilitaron los precios petroleros de tal manera que el precio promedio del crudo venezolano que se fijó en 1985 en 25,70 dólares el barril, se derrumbó a 12,80 dólares el barril.
Bassam Fattouh del Instituto Oxford para Estudios de la Energía no es tan optimista y señala que la coordinación de un recorte de la producción, incluso dentro de la Opep, no es fácil cuando los precios están cayendo y la mayoría de los países tienen problemas de liquidez. Es un gran incentivo para hacer trampa, cuando los precios bajan a niveles extremos, que el dolor extra de la producción detendrá la pena de la ganancia.
Aunque el gasto público de Arabia Saudita se ha triplicado en la última década, necesitan a $ 100 el barril de petróleo para equilibrar el presupuesto, aunque tienen activos en el extranjero para vender y un ratio de deuda de sólo 1,6% del PIB, eso le da la libertad de acción para evitar tomar una decisión apresurada.
Es probable que se lleve a cabo un acuerdo pragmático que intentan Irak e Irán. La caída de este año ha hecho menos rentable la producción de alto costo, como los campos brasileños de aguas profundas y las arenas bituminosas de Canadá, a las que dicen van dirigidos los planes sauditas, porque así golpean a los primos de los estadounidenses y a los que también han eliminados a Arabia Saudita de los suministros a los Estados Unidos.
La producción fuera de la Opep se está desacelerando. Se puede creer que la siguiente etapa en el precio del petróleo va a doler muy fuerte a la industria de esquisto de Estados Unidos, a pesar de que subestimaron claramente el potencial de reducción de costos en la fracturación hidráulica y las novedades tecnológicas.
El Sr. Stevens, de Chatam House dice que por primera vez desde finales de 1920 se abandonó el mercado del petróleo para encontrar su propio piso, aunque nadie sabe dónde está ese piso.