La vida nos presenta una serie de retos y de situaciones complejas que tenemos que solucionar en el momento preciso. Ejemplo de estas situaciones son aquellos momentos en los que nuestro modo de proceder afectará directamente a nuestras finanzas personales. Es decir, que la decisión que tomemos respecto al dinero tendrá una consecuencia a corto, mediano o largo plazo.
Al parecer, mantenemos un plan de vida que nos orienta en medio de los conflictos y las oportunidades que se presentan a diario, pero, ¿tenemos también un plan financiero que nos sirva como guía?
¿A cuántas personas conocemos que tengan años viviendo en casa de algún familiar porque no han podido llevar a cabo una planeación financiera que les permita adquirir o rentar un inmueble y gozar de la independencia familiar? O bien, ¿cuántos de nosotros tenemos claro para qué objetivos estamos trabajando día con día?
La primera pieza que podríamos colocar en el rompecabezas de nuestra planeación financiera es la elaboración de un presupuesto anual. Este nos ayudará a organizarnos y a fijarnos metas. Ahora bien, aquí es cuando cobran importancia nuestras decisiones financieras, ya que son aspectos que hay que considerar para lograr nuestro objetivo, por ejemplo:
- Si tenemos ya presupuestado nuestros gastos, seamos firmes, no sucumbamos a la menor tentación de gastar nuestro ahorro del mes en ese precioso artículo que luce en el aparador. Hacer esto romperá nuestro plan y restará ese dinero al ahorro que podríamos hacer para gozar de unas buenas vacaciones o de una compra deseada.
- No pensemos que lo único importante es trabajar para gastar y pagar compromisos. Es importante disfrutar de nuestros ingresos, pero también hay que pensar a futuro. Si no mantenemos una reserva mensual será imposible que hagamos frente a emergencias o que aprovechemos la gran oportunidad de adquirir una casa o un auto.
- Mantengamos sano nuestro historial crediticio. Esta es una sabia decisión que puede ser la mejor aliada cuando necesitemos un crédito que nos haga cumplir el sueño de darle a nuestra familia un mejor lugar para vivir.
- Si has tomado una decisión respecto al manejo de tus finanzas, por ejemplo, disminuir los gastos que innecesariamente realizas semanalmente, mantente en esa postura y no te dejes llevar por sugerencias ajenas.
- Respeta tus límites. Si has pensado ya cuánto puedes gastar en ropa o en algo más que necesites adquirir, no te sobrepases. Es muy común que estando en la tienda gastes más de lo que habías planeado y hasta contraigas una deuda. En el momento te parecerá que vale la pena hacer ese esfuerzo, pero una vez que lo veas reflejado en tu administración, recapacitarás en que no fue tan buena idea.
La asertividad
La asertividad consiste en la habilidad de manifestar nuestras necesidades y decisiones de manera clara. Un individuo asertivo es capaz de tomar en cuenta las opiniones de los demás, pero siempre, sabrá tomar la alternativa que más le convenga.
La persona asertiva logra mantener un flujo de comunicación sano con quienes le rodean, tanto en el ámbito laboral como en el personal, ya que manifiesta sus pensamientos sin necesidad de ser agresiva ni de forzar mediante gritos o manipulaciones la respuesta de su interlocutor.
Ahora bien, la comunicación asertiva beneficia a nuestras finanzas personales porque nos ayuda a dejar en claro qué es lo que esperamos lograr a través de nuestra planeación económica y también a velar por nuestros intereses. Es decir, que seremos capaces de solicitar alternativas que nos beneficien cuando estemos ante la oportunidad de realizar una compra, una venta, de cerrar algún negocio, de negociar los términos del contrato de arrendamiento de nuestra vivienda o cuando estemos organizando un plan de vida con alguien más.
Como podemos observar, la asertividad es más que un medio sano de comunicación en nuestras relaciones interpersonales, es además una poderosa herramienta que nos hará obtener todos los beneficios posibles en nuestras operaciones financieras y de negocio.
Beneficios a nivel emocional
Cuando tenemos objetivos financieros claramente trazados evitamos que el dinero se gaste en compras innecesarias y, por lo tanto, que restemos ese valioso capital a alguno de nuestros proyectos de inversión. Con objetivos claros notaremos que es posible hacer crecer nuestro patrimonio, tomar unas vacaciones o hacer una buena compra, en un corto periodo. Esto hará que nos sintamos felices y que percibamos que el fruto de nuestro trabajo es aprovechado inteligentemente.
De lo contrario, cuando tratamos de ahorrar o adquirir un bien y gastamos parte de ese dinero en otras cosas, nos sentimos frustrados porque parece que nunca es posible llegar a la meta. Parece que nuestro sueldo es insuficiente para cumplir con nuestras expectativas de compras, y pensamos que nuestro esfuerzo no ha valido la pena.
Ser firme en nuestras decisiones financieras nos brinda tranquilidad emocional y permite que estemos libres de estrés y que, como consecuencia, experimentemos menos irritabilidad e incertidumbre. Nada hay más estresante que tener deudas y saber que tenemos la presión de pagar por aquello que hará crecer nuestro patrimonio, pero al mismo tiempo, que lo pone en riesgo debido a nuestra falta de solvencia.
El beneficio adicional que obtenemos de ser firmes con nuestras decisiones financieras, es que podemos convivir en un ambiente más armonioso con todos los que nos rodean. Ya que estaremos en un estado mental de calma y confianza en el porvenir.
Decir “no”
Si cuándo de gastar se trata nos dejamos llevar por el momento, la alternativa más sabia es tomarnos unos momentos para considerar el impacto que tendrá en nuestro presupuesto y en nuestras finanzas en general. Estos son algunos de los casos ante los que debemos considerar la opción de decir “no” antes de decir que sí.
Ambiente Social |
Comprar artículos que nos dan una imagen que no podemos mantener en el tiempo sin endeudarnos. |
Amistad | Que funjamos como aval para que nuestro amigo rente un departamento, cuando sabemos que ese amigo no es solvente. |
Amistad | Ir de vacaciones en avión el fin de semana, cuando no lo habíamos programado y no tenemos el presupuesto para pagar el viaje. |
Laboral | Acudir a una cena de viernes por la tarde en el restaurante de moda, aunque ese egreso desestabilice nuestro presupuesto de todo el mes. |
Familiar | Aumentar el presupuesto cada vez que surja una nueva necesidad por parte de un miembro de la familia, aunque no sea un asunto de primera necesidad. |
Personal | Aceptar la oferta de un nuevo crédito aún cuando no hemos pagado el que ya tenemos. |
Consejo
Recuerda que la asertividad aplica a todos los niveles. Es tan importante ser firme en no gastar más de lo presupuestado para nuestra cena de hoy, como respetar los estatutos que se han establecido en la creación de una empresa. Si no podemos ser constantes en lo pequeño, tampoco podremos serlo en lo grande.
Lo más importante es que antes de tomar cualquier decisión que afecte tu patrimonio, debes consultar todas las posibles ventajas y desventajas, para así escoger una sabia alternativa, que te motive a mantenerte firme a prueba de todo.
Fuente: finanzaspracticas.com