Por: Sarai Coscojuela | @eco_aliados
El objetivo de buscar alternativas para mejorar la calidad de vida y el medio ambiente, ha provocado que cada día conozcamos más iniciativas que pueden dar un vuelco total a la forma en como conocemos los vehículos y el combustible.
España es uno de estos países con dos empresas que se han unido para desarrollar el proyecto Smart Green Gas, cuyo objetivo es obtener biocombustible procedente de aguas residuales, para que se utilice en carros de gas natural comprimido.
Este proyecto implica que se puedan construir ciudades resilientes, además que supone un impulso a la investigación en el sector del automóvil en España. La idea es que el uso 100% de un carro de biometano permita una reducción del 80% de las emisiones de CO2 en comparación con otro que usa gasolina.
El desarrollo de este proyecto en una planta depuradora de tamaño medio, podría producir potencialmente un millón de litros de biogás por día, lo que sería suficiente para movilizar 300 vehículos.
Esto, por supuesto, ayudaría a abastecer a la red de autobuses, camiones de basura, patrullas de policías, ambulancias, etc.
Igualmente este proyecto Smart Green Gas aspira a ser capaz de demostrar a escala industrial dos sistemas para el tratamiento de aguas residuales. Uno de ellos es con el prototipo Umbrella, donde se introducirá un reactor anaerobio de membranas y el sistema Anammox ELAN, cuyas bacterias pueden eliminar el nitrógeno del agua.
El otro prototipo llamado Methagro, se tratará de producir el biometano que puede ser utilizado directamente por el sector del transporte o también incorporarlo a la red de distribución de gas natural.
Las empresas Seat y Aqualia, que llevan a cabo este gran proyecto, realizarán las pruebas de más de 120 mil kilómetros en total. Si todo sale como se espera, cualquier carro de gas natural comprimido podrá utilizar este biocombustible.
Orina que produce combustible
Otro país que también está llevando a cabo sus pruebas de combustibles alternativos es México, donde se patentó un dispositivo que transforma el orine en gasolina.
El doctor Gabriel Luna Sandoval, de la Universidad Estatal de Sonora, experimentó con el líquido en una celda de la que normalmente se obtiene hidrógeno del agua. Tras varias adecuaciones logró que el dispositivo produjera combustible para abastecer cocinas de uso doméstico y energía eléctrica.
Sandoval señala que de cinco mililitros de orina se puede generar un litro de biogás. Así de esta forma una familia de tres personas puede producir a través de su orina el hidrógeno necesario para utilizarlo como combustible por una semana.
