Por: Lorena Labarca Clemont | @lorelabarca
“Lo que ocurre en Las Vegas se queda en Las Vegas.
Lo que ocurre en twitter se queda en Google para siempre”Jure Klepic
Especialista en medios digitales
Ser padre u orientador en la era de las redes sociales no es tarea fácil. A la labor de educar a los menores de edad en la cotidianidad del hogar y lo que ello implica, se han sumado los avances tecnológicos y con ellos las formas de comunicarnos.
Hoy, nuestros hijos estás más expuestos en las plataformas digitales basadas en redes de amigos y seguidores, no solo porque pueden ser utilizadas para el ciberbullying sino también por adultos que buscan aprovecharse de la vulnerabilidad de niños y adolescentes.
La Guía de sensibilización sobre la convivencia digital, elaborada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Unicef, nos orienta sobre cómo acompañar a nuestros hijos en el manejo de las redes sociales. Aquí se ofrece desde la información para entender el mundo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación a través de los conceptos básicos hasta las estrategias de protección ante posibles riesgos que pueden atravesar los menores de edad en los espacios digitales. El objetivo es promover en las familias y en las escuelas una convivencia digital respetuosa y segura.
En esta primera entrega destacaremos algunos puntos sobre la identidad y la huella digital y cómo los adultos podemos orientar a nuestros hijos o menores de edad a nuestro cargo sobre la difusión de datos personales:
- Explicar que la información que está en la web es nuestra carta de presentación ante personas que no conocemos y que pueden tener otras intenciones con los datos y la información para intentar reproducirlos.
- Conversar que lo que se difunde en Internet allí se queda. Hacerlos reflexionar sobre lo difícil que es borrar la información y que deben pensar antes de publicarla o compartirla, pues después se puede perder el control sobre lo subido.
- Orientar sobre la diferencia entre los espacios públicos y privados y que sepan cómo configurar la privacidad en las redes sociales, restringiendo el público que puede acceder a la información que publiquen.
- Controlar la información personal que circula en el ciberespacio. Herramientas como “Google alerts” avisan cuando un usuario es nombrado. Es recomendable. Con cierta frecuencia, poner nombre y apellido en los buscadores para saber qué se dice de uno en la web.
- Usar contraseña en celulares y otros dispositivos móviles para evitar que otras personas accedan a información privada. Que las contraseñas sean seguras, fáciles de recordar y difíciles de adivinar, además de modificarlas regularmente y, muy importante, no compartirlas.
- Entender que los “amigos online” son desconocidos y que deben cuidar la información personal que se les da para evitar que la publiquen o difundan.
La “Guía de sensibilización sobre la convivencia digital” destaca la labor del adulto para que los niños y adolescentes entiendan lo que significa la identidad digital y cómo los acompañará toda su vida. Por ello enfatiza la importancia de reiterarles que lo publicado en sus redes puede tener consecuencias y que por ello deben ser cautelosos a la hora de difundir información privada, pues puede ser utilizada por terceros para perjudicarlos. Como orientadores el objetivo no es promover el temor, es incentivar a nuestros hijos o menores de edad que están bajo nuestra responsabilidad a ser ciberusuarios reflexivos y responsables, para que tengan una huella digital limpia.