Hoy 500 familias de Cumanacoa, afectadas por las inundaciones tras el desbordamiento del río Manzanares el pasado 02 de julio, tienen en sus casas un tanque de 200 litros con un filtro Sawyer que les permite el consumo de agua potable.
Por Carmen Victoria Inojosa
Fotos: Cruz Roja Venezolana
La esperanza viajó a Cumanacoa con tanques azules: la Cruz Roja Venezolana finalizó la instalación de 500 tanques y filtros para el acceso al agua segura en 18 comunidades. La donación de Banesco al proyecto de la Cruz Roja Venezolana fue clave para impulsar la acción humanitaria en esta zona del estado Sucre. La institución bancaria hizo un aporte por 100.000 dólares para el proyecto “Respondiendo a las necesidades de acceso a agua segura de las familias afectadas por la lluvias en Cumanacoa”.
Hoy 500 familias de Cumanacoa, afectadas por las inundaciones tras el desbordamiento del río Manzanares el pasado 02 de julio, tienen en sus casas un tanque de 200 litros con un filtro Sawyer que les permite el consumo de agua potable, el lavado de alimentos y almacenarla de forma segura.
A través de un registro fotográfico y una entrevista a Keivel Silva, voluntario de la Cruz Roja Venezolana y encargado de las sesiones educativas sobre higiene y saneamiento en las comunidades, les contamos el proceso de instalación de los tanques que se inició el 26 de agosto y culminó el 06 de septiembre. “Cuando fui por primera vez al terreno, observé las viviendas con un nivel elevado de barro. Es gratificante saber que todo lo aprendido como socorrista sirvió de algo”, mencionó Silva.
Los voluntarios de la Cruz Roja Venezolana comenzaron su labor humanitaria en Cumanacoa con un censo en el que priorizaron las viviendas afectadas por el desbordamiento del río.
El nivel del agua llegó a la altura de techos y ventanas de las viviendas. Estiman una altura de un metro ochenta. El barro que generó el desbordamiento del río
En el proceso de instalación participaron entre 18 y 23 voluntarios, atendiendo a más de 1800 personas. Sobre esta experiencia, el voluntario Keivel Silva dijo: “Con el paso de los días, la relación con la comunidad fue creciendo. Nos sentimos como parte de su familia”.
Cada una de las 500 familias recibió un filtro Sawyer y un tanque de 200 litros. Silva estuvo a cargo de explicar a los miembros de la familia el proceso de filtración del agua y el retrolavado del filtro.
No solo se instalaron los tanques. Los voluntarios de la Cruz Roja Venezolana llevaron su programa de higiene y saneamiento para orientar a las familias en el lavado de manos y de los alimentos.
Parte de las actividades estuvieron enfocadas en los niños de las comunidades, quienes con el paso de los días, se convirtieron en replicadores de la información sobre la importancia de la higiene, el saneamiento del agua y los microorganismos que causan enfermedades.
Para generar confianza en las comunidades, los voluntarios instalaron un filtro para beber el agua de ese balde y transmitir seguridad a las familias en su consumo.
Cuando comenzaba a llover, los niños se alteraban. Los voluntarios, como medida de contención, dieron clases a los niños sobre el ciclo hidrológico. Además, los animaron a crear brigadas para alertar a sus familias y amigos sobre la lluvia.
