Por: Elías Pino Iturrieta | @eliaspino
Del análisis ordenado por los Borbones, nueva dinastía reinante en España, sobre el comercio entre Europa y las colonias americanas, surgió la necesidad de crear consorcios de naturaleza económica, asociados con el trono y vigilantes de sus derechos, para obtener mayores beneficios de los negocios ultramarinos. También para el ataque de actividades ilegales que perjudicaban los derechos de la Corona. De allí la concesión de privilegios a la Compañía de Caracas, llamada Guipuzcoana, a partir de 1728. El 31 de agosto de 1730 llegaron al puerto de La Guaira los primeros tres navíos de la Guipuzcoana, y a bordo de uno de ellos el nuevo gobernador Sebastián García de la Torre. Así se patentizaba el respaldo de la monarquía a las actividades de los flamantes factores mercantiles, una de cuyas misiones principales fue la eliminación del contrabando. La persecución del comercio ilícito produjo numerosas protestas en Venezuela, entre ellas la famosa rebelión del zambo Andresote.
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