“Agenda 2032: una mirada al futuro de la sustentabilidad” es una investigación elaborada por ComunicaRSE, un equipo profesional que desde el año 2002 se dedica a la producción y difusión de contenidos especializados en responsabilidad social empresarial y sustentabilidad para el habla hispana.
Según sus autores, hace 15 años se auguró que la RSE sería una moda pasajera. No obstante, hoy existen pruebas de su vitalidad y pertinencia en el ámbito de la sustentabilidad, con un enfoque integral de acciones y compromiso voluntario hacia todos los grupos de interés de las empresas, con temas y públicos diversos y variadas formas de acción y comunicación.
El estudio presenta siete ejes fundamentales de la agenda de la sustentabilidad con buenas pistas para la RSE:
1- Conscientes de nuestra huella ambiental (Cambio Climático)
La respuesta empresarial será decisiva “en un mundo donde se estima que la mitad de las personas del planeta vivirán en condiciones de estrés hídrico, migración, inseguridad alimentaria y desafíos de salud”. Las acciones clave estarán en torno a: eficiencia y ahorro energético, reforestación, nuevas áreas protegidas, innovación tecnológica para la captura de emisiones; mercados de carbono; el poder de los consumidores y mayor transparencia en la comunicación.
2- Actores de justicia, inclusión y equidad (Derechos humanos)
Cada vez existe más presión internacional para que las empresas incorporen en sus políticas y prácticas el acato y vigilancia a Derechos humanos. La diversidad en el mercado laboral (género, edad, estrato, razas, religiones) será un tema estratégico para los próximos años. Otro eje indispensable es la erradicación del trabajo forzado y el trabajo infantil lo cual exige especial atención al desempeño de proveedores y aliados de la empresa.
3- Dar sentido al trabajo (Cuarta Revolución Industrial)
“Dar sentido al trabajo” será un propósito decisivo para atraer y retener talento. El ser humano debe ser el centro del debate frente a la velocidad de los cambios tecnológicos. Robotización, inteligencia artificial, internet de las cosas, Big Data y blockchain tendrán un papel cada vez más importante. Desde la óptica de la sustentabilidad, las empresas deben enfrentar el desafío de una empleabilidad responsable, capacitando a su gente para adaptarse e integrarse a nuevos desafíos. La formación del talento debe fortalecer las capacidades de las personas para mantenerse en el mercado laboral. Rescatar la noción del empleo como forma de superación y proyecto de vida es una meta.
4- Ciudadanos somos todos (Empresas y ciudades sustentables)
“En 2050 más del 70% de los seres humanos viviremos en ciudades. Las ciudades son actores políticos y económicos cada vez más poderosos y se están transformando en el gran escenario de la sustentabilidad”. Las empresas tienen el reto de ser actores relevantes para facilitar respuestas a temas esenciales de la vida en comunidad y ciudadanía. Vialidad, movilidad, seguridad, salubridad, servicios públicos, vivienda, educación y salud son asuntos en los que las empresas pueden actuar en sus ámbitos inmediatos con acciones propias o en alianzas con gobiernos locales y otras empresas.
5- Nadie puede solo (Desafíos globales)
En el año 2015, jefes de gobierno miembros de la ONU se reunieron en la Cumbre del Desarrollo Sostenible en la que aprobaron la Agenda 2030 que contiene 17 objetivos de aplicación universal para lograr un mundo sostenible en el año 2030. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) tienen como antecedente los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Buscan ampliar los logros alcanzados y resolver metas pendientes. Frente a estos desafíos, todos los actores de la sociedad deben hacer su parte: gobiernos, sector privado, sociedad civil y personas. Los ODS tienen impacto en las estrategias de las empresas porque marcan una pauta para que desarrollen negocios en sintonía con apremiantes necesidades sociales y económicas de la población. Cada día, más personas tienen expectativas y requerimientos sobre el desempeño de empresas, instituciones y gobiernos y también tienen más formas de influencia. La articulación intersectorial e interinstitucional es indispensable, nadie puede solo. Las empresas deben analizar y decidir sus estrategias frente a nociones superiores de dignidad humana, bienestar y calidad de vida para todos.
6. Saber escuchar y responder (Comunicación y Sustentabilidad)
Las empresas darán paso a nuevas formas de interacción con la sociedad al percatarse de las diferentes necesidades y expectativas de cada grupo de interés, incluso sobre un mismo asunto o problema. Realizarán más actividades de diálogo y consulta con sus grupos y deberán saber escuchar, comprender y responder. “Los mensajes tenderán a la hiper segmentación de públicos. La información de sustentabilidad en los próximos años será más interactiva, con nuevos formatos y fuentes de información y con un nuevo rol de los grupos de interés”. Se adoptarán nuevos contenidos y focos: Desarrollo tecnológico; Desarrollo social (agua y alimentos; promoción de la paz; acceso a la salud; protección de los DDHH); Desafíos Ambientales (gestión de los recursos, protección del ecosistema, gestión de residuos, basura y contaminación); Eficiencia en producción y distribución, y nuevos modelos y tecnologías de energía; Construcción de confianza y legitimidad de las instituciones; nuevas estructuras de gobierno corporativo y nuevos modelos de desarrollo económico.
7. Construir confianza (Transparencia)
La rendición de cuentas será relevante en la próxima década. Los grandes escándalos corporativos han generado dudas y menos permisividad de la gente. La confianza en las grandes corporaciones está en revisión. La inmediatez de la información (internet, chats, redes sociales, etc.) ha creado nuevos riesgos para las empresas. El tema de la corrupción cada vez es más notorio para la sociedad. Nuevas normas y parámetros fijan requisitos para implantar sistemas anti soborno y corrupción en las organizaciones.
En fin, mayor conciencia en las repercusiones de las acciones de la empresa en su ámbito externo e interno (empleados y clientes, ambiente y comunidad), diálogo y consulta constantes, respuesta completa y oportuna, eficiencia, transparencia y foco en temas clave de desarrollo (alimentación, salud y salubridad, educación, paz, justicia y equidad, empleo significativo y trascendente, eficiencia operativa, ahorro de recursos naturales, ciudadanía) marcan la pauta hacia un futuro responsable y con ello la estabilidad y pertinencia de las empresas como actores fundamentales. Competitividad empresarial y sostenibilidad de las comunidades será una relación de estrecha interdependencia.