Los investigadores programaron al robot con un libro de ocho recetas sencillas de ensaladas, luego le pusieron un video de una persona siguiendo una de las recetas del libro.
Por Saraí Coscojuela
Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge ha entrenado un robot para que vea videos de cocina, se los aprenda y luego pueda recrear un plato.
Los investigadores programaron al robot con un libro de ocho recetas sencillas de ensaladas, luego le pusieron un video de una persona siguiendo una de las recetas del libro.
Luego de eso, el robot fue capaz de identificar la receta que estaba siguiendo y él mismo la preparó, además de crear una novena receta por sí solo.
Este experimento se publicó en la revista IEE Access, donde se demuestra cómo los vídeos pueden servir de fuentes de datos para la producción automatizada de alimentos.
Cocinar representa todo un reto para un robot y, aunque diversas empresas han construido prototipos de robots cocineros, ninguno de ellos se comercializa en la actualidad y tampoco tiene la sazón de un ser humano.
Las personas podemos aprender a cocinar nuevos platos viendo cocinar a otro o siguiendo un video. Pero programar un robot para que elabore una serie de platos requiere mucho tiempo y dinero.
“Queríamos ver si podíamos entrenar un robot cocinero para que aprendiera de la misma forma gradual que los humanos: identificando los ingredientes y su combinación en el plato”, explicó Grzegorz Sochaki, del departamento de Ingeniería de Cambridge.
Los investigadores establecieron ocho recetas sencillas de ensaladas y se grabaron a sí mismos preparándolas. Luego, usaron una red neuronal de acceso público para entrenar al robot cocinero.
La red neuronal ya había sido programada para identificar diversos objetos, entre ellos las frutas, y verduras usadas en las ocho recetas de ensalada.
Empleando técnicas de visión por ordenador, el robot analizó cada fotograma del video y fue capaz de identificar los distintos objetos y características, como un cuchillo, los ingredientes, así como los brazos, las manos, y la cara del humano que salía en el video.
Tanto las recetas como los videos se convirtieron en vectores y el robot realizó operaciones matemáticas con los vectores para determinar la similitud entre una demostración y un vector.
Los videos usados para entrenar al robot no tienen nada que ver con lo que se ven en redes sociales, que suelen ser más rápidos, con efectos visuales y pasar de pronto de la persona que cocina el plato al plato que está preparando.