Investigadores de la Universidad de Zhejiang, en China, desarrollaron una nanoantenna revolucionaria, 10.000 veces más pequeña que las actuales, gracias a una tecnología basada en nanopartículas levitadas con láser.
Por: Saraí Coscojuela
Según este estudio, publicado en PhotoniX, esta innovación podría transformar la comunicación en entornos extremos, como el espacio, el subsuelo o el océano.
En la mayoría de los sistemas de comunicación, el tamaño de la antena es un factor clave, ya que determina su capacidad para captar señales. Las antenas de baja frecuencia deben ser grandes para funcionar de forma eficiente, lo que limita su uso en dispositivos portátiles o en zonas de difícil acceso.
Este nuevo diseño desafía esta limitación gracias a un enfoque innovador: nanopartículas de sílice, de solo 143 nanómetros de diámetro, son atrapadas y levitadas en el vacío mediante un láser.
Esta configuración permite que las partículas actúen como antenas receptoras al responder a campos eléctricos externos. Lo más sorprendente es que la frecuencia de resonancia de la antena no depende de su tamaño físico, sino de parámetros controlables del láser.
Esta tecnología se basa en tres innovaciones clave: carga eléctrica mejorada mediante un haz de electrones, independencia entre tamaño y frecuencia, así como alta fidelidad en la recepción de señales.
Las antenas de baja frecuencia son esenciales para la comunicación en lugares donde las ondas de alta frecuencia no pueden penetrar fácilmente, como el agua, el subsuelo o la atmósfera terrestre superior.
El nuevo diseño podría revolucionar múltiples áreas como las comunicaciones submarinas, la exploración geológica y la espacial.
A pesar de su éxito inicial, todavía hay desafíos que superar ya que, actualmente, su sensibilidad es de 3 a 4 órdenes de magnitud menor que la de las antenas tradicionales. Sin embargo, se está explorando la posibilidad de integrar múltiples nanopartículas para mejorar el rendimiento y ampliar la cobertura.
Si bien los resultados son prometedores, el equipo de investigadores reconoce que hay trabajo por hacer antes de que esta tecnología pueda implementarse a gran escala.