Por Ignacio Serrano
@IGNACIOSERRANO
La primera vez que la afición venezolana supo de Yonny Chirinos, hace poco más de un año, el joven lanzador asomaba el rostro en la rotación de abridores de los Bravos de Margarita, sin mayor experiencia en la LVBP y un mundo por delante en el beisbol organizado.
Hoy, el zuliano es un nuevo integrante de la expedición nacional en las Grandes Ligas.
Chirinos es un derecho nacido en Bachaquero hace 24 años, un 26 de diciembre, que brilló en su corta pasantía por la pelota criolla. Tanto le apreciaban los Rays de Tampa Bay, que únicamente le dieron permiso para hacer cuatro salidas en su país. Y cumplió con las expectativas.
Su efectividad de 3.00 en 18 innings, su estupenda relación de 20 ponches y 3 bases por bolas solamente, dejaron claro que su potencial era real. Acababa de terminar su primera pasantía entre Clase A avanzada y Doble A.
Empezó a labrarse el boleto a la MLB en 2017. Sus registros entre Doble A y Triple A sugirieron que quizás ya estaba listo para dar el salto (efectividad de 2.73, con marca de 13-5 y 141 ponches en 168 entradas y un tercio. Pero los acuáticos prefirieron hacerle esperar.
El Spring Training completó su proceso de maduración y ahora es el relevista largo de los floridanos. Yonny Chirinos. Es bueno recordar su nombre. Es tan controlado, ha dado tan pocos boletos en su carrera, le dan tan pocos cuadrangulares (a razón de 1,4 transferencias y menos de un jonrón por cada nueve entradas que recorre) que causa entusiasmo imaginar lo que puede hacer en las Mayores.