El domingo 5 de mayo de 1996, se produjo una de actuaciones más notables del atletismo venezolano, en lo que se refiere a pruebas de fondo, en  la ciudad de Pittsburgh, Estados Unidos.

Por Javier González 

El domingo 5 de mayo de 1996, se produjo una de actuaciones más notables del atletismo venezolano, en lo que se refiere a pruebas de fondo, gracias al brillante desempeño del margariteño Rubén Maza, del yaracuyano Carlos Emilio Tarazona y del caraqueño José Tomás Zárraga, en el maratón de la ciudad de Pittsburgh, Estados Unidos, en el que participaron casi 30 mil corredores. 

Con tiempo de 2:12.02, Maza ganó la competencia e impuso récord nacional para la prueba, al tiempo que Tarazona (dueño de la marca nacional con tiempo de 2:12.49 desde la edición 1993 del maratón de Boston) entró en el segundo puesto con un segundo menos que el ganador, y Zárraga ocupó la cuarta casilla con registro de 2:16.23, a veintitrés segundos del ruso Dimitri Kapitanov, quien arribó en el tercer lugar con 2:16.00 

Independientemente del resultado conseguido en la carrera de la llamada ciudad del acero, lo más importante para Maza, Tarazona y para su entrenador, el bielorruso Sifrig Uklidov, estuvo en que las marcas conseguidas les permitieron clasificarse a los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, para convertirse en los primeros representantes criollos de esta especialidad en un evento de tal categoría. La marca mínima exigida por el Comité Olímpico Internacional para estar en Atlanta 96 era de 2 horas 13 minutos.

Al concluir la competencia, Tarazona, el más veterano de los tres atletas venezolanos, declaró que “el novato Rubén Maza hizo una tremenda carrera y salió victorioso con muchos méritos. Yo me lesioné en el kilómetro 18 y pude recuperarme casi al final, pero en plena carrera conversé con Maza para que se encargara de llevar el pelotón y cumplió como los buenos. Zárraga también tuvo destacado desempeño”. Fue una fecha inolvidable para nuestro atletismo, señaló el célebre maratonista.