Fermín Toro es un importante referente de la producción intelectual y de la integridad ciudadana en la sociedad venezolana del siglo XIX.
Por Inés Quintero * | IG @inesquinterom
Nació en El Valle en 1806 en el seno de una de las principales familias de la provincia de Caracas. Su infancia y adolescencia transcurrió en el contexto de la guerra de independencia. Fermín Toro de formación autodidacta tuvo la oportunidad de acceder a la biblioteca de su pariente el marqués del Toro. En 1828 ocupó su primer cargo público en funciones aduanales en La Guaira y Margarita. Ese mismo año contrajo matrimonio con su prima María de la Merced Tovar y Toro. Desde entonces tendrá importante presencia intelectual, diplomática y política en el país.
Fue diputado en el Congreso en 1830; promovió la repatriación de los restos de Simón Bolívar en 1832 y, una década más tarde, estuvo presente en la ceremonia y escribió una larga crónica sobre el suceso; participó en distintas misiones diplomáticas ante los gobiernos de la Nueva Granada, de Inglaterra y España; se involucró en los debates de su tiempo: escribió sobre temas de política, literatura, filosofía y economía por la prensa caraqueña, también fue docente y autor de Los Mártires, la primera novela venezolana.
Como miembro del Congreso, se enfrentó al presidente José Tadeo Monagas cuando convocó a los miembros del Poder Legislativo, luego de que sus seguidores asaltaron la sede del Congreso el 24 de enero de 1848. Se mantuvo al margen de la política hasta 1857 cuando se involucró en actividades conspirativas para desalojar a Monagas del poder e impedir su proyecto reeleccionista. Apoyó al gobierno de Julián Castro y fue figura de primer orden en la Convención Nacional de Valencia en 1858. Poco después de estallar la Guerra Federal cumplió sus últimas funciones diplomáticas hasta que se retiró de la vida política para dedicarse a su producción intelectual y continuar sus estudios en botánica. Falleció en 1865.