Por Ignacio Serrano (@IGNACIOSERRANO)
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Williams Pérez nació en Acarigua y saltó al beisbol profesional con los Caribes de Anzoátegui, pero apenas pudo lanzar un juego en Venezuela, antes de llegar este año a las Grandes Ligas.
La tribu intentó contar con él. No siempre se firma un pitcher que proyecta llegar a las mayores. Los Bravos de Atlanta, dueños de su contrato en el norte, dijeron que no una y otra vez.
Ya hay pruebas concretas del porqué de la constante negativa.
Pérez obtuvo sus primeras tres victorias en la gran carpa prácticamente sin sufrir daño, con 2.29 de efectividad y una lluvia de elogios por su compostura y dominio, elogios vertidos por sus compañeros y, por supuesto, su manager Fredi González.
En toda la historia, únicamente dos abridores venezolanos han ganado más encuentros que el portugueseño, antes de encajar sus primeras derrotas.
Carlos Enrique Hernández y Aníbal Sánchez lograron cuatro triunfos como novatos, siendo parte de la rotación de los Astros de Houston y los Marlins de Florida, respectivamente, hace una década y algo más.
Hubo relevistas con seguidillas más largas. Carlos Silva ganó ocho veces antes de caer por primera vez en las Grandes Ligas. Luis Avilán, siete. Detrás de ellos, aparecen Hernández y Sánchez, los dos reclutas a quien Pérez está a punto de emular.
En pocas oportunidades ha aparecido un monticulista criollo que comience con este impulso y cause este entusiasmo. Menos aún ocurre que sean dos, contando al zurdo Eduardo Rodríguez, una sensación con los Medias Rojas de Boston por estas fechas.
Atlanta no quiso que Pérez expusiera su brazo en la LVBP. A este paso, hay más razones que nunca para pensar que ya no podrá entrar a los estadios locales sino como mero espectador.