En una avenida de Queens, lugar donde la población hispana es más numerosa en la Ciudad de Nueva York, se lee un anuncio publicitario de un profesional que ofrece sus servicios: “Soy un contador con experiencia: pague sus taxes a tiempo”. En un locutorio de Internet, en la misma urbanización, una señora le escribe un correo electrónico en estos términos: “Hey, papi, ya me llegó el grincar, estoy muy japi”. En un programa seriado de una cadena latina de televisión con base en Estados Unidos, un personaje le dice a la contestadota automática de su interlocutor: “Plis, cuando oigas este mensaje, llámame pa’trás”.
A esa manera de hablar se le llama spanglish spanglish, una forma de intercambio cultural entre Estados Unidos e Iberoamérica que se ha convertido en el dolor de cabeza de los lingüistas hispanohablantes. Aunque no es homogéneo en todas partes de Estados Unidos, es característicos de los inmigrantes latinos. Mientras este fenómeno avanza, lingüísticas, lexicólogos y especialistas en el idioma castellano dentro y fuera del país investigan la formación de una nueva forma lingüística dentro de ése país. El spanglish o inglañol, en su definición básica, se refiere a la mezcla del inglés con el castellano y es consecuencia del intercambio cultural entre los numerosos inmigrantes latinos en Norteamérica. Estadísticas de la oficina del Censo de Estados Unidos revelan que el castellano es, después del inglés, el segundo idioma más importante en Norteamérica y se habla en el hogar de más de 40 millones de habitantes. En el año 2050, los hispanos serán el 24,4 por ciento de la población total de ese país, lo que corresponde a alrededor de 102,6 millones de habitantes.
El spanglish está construido sobre cinco tipos transferencias lingüísticas: el préstamo, la creación híbrida, la extensión semántica , el calco y la alternancia de lenguas.
El préstamo crea frases como “tiene el pelo straight”, en lugar de “liso”. La “creación híbrida” mezcla palabras, como por ejemplo, “calendador” que une la voz inglesa calendar con la castiza, calendario. Otra transferencia común es la extensión semántica como “déjame introducirte a mi amigo”, en lugar de “let me introduce you my friend” o “déjame presentarte a mi amigo”. Además está el calco semántico: “también estoy teniendo un buen tiempo”, es la frase más característica de esta forma gramatical, que quiere decir: “la estoy pasando bien” y viene directamente del inglés “I’m having a good time”. La alternancia de lenguas es la forma de transferencia más extraña para quien no habla uno de los dos idiomas que integran el spanglish: “empujé pa trás, and then, everything started”; en lugar de: “cuando retrocedí todo comenzó”.
Los medios de comunicación son los grandes promotores de esta forma de hablar. La revista de variedades Latina se escribe en el mismo spanglish que se habla en las cadenas de televisión Telemundo y Univisión; y no se hable de la lengua de las más de 300 estaciones de radios hispanas de la nación. Incluso programas infantiles como Plaza Sésamo y Dora la Exploradora hablan de esta manera.
¿Nueva lengua?. Ilan Stavans, profesor de Cultura Latinoamericana en el Amherst College de Massachusetts, es uno de los más fervientes defensores de lo que llamado the new American languge o “la nueva lengua americana”. El autor nacido en méxico de una familia judía de Europa Central vive en Estados Unidos desde 1985 y explica que la inmigración latina está cambiando a la cultura de esa nación y que su uso extendido es entre las clases populares. Señala también que la aceptación de esta manera de hablar en la literatura culta –como las novelas del dominicano criado en Nueva Jersey, Junot Díaz, o en las piezas de ficción de la cubano-americana Sandra Cisneros— evidencia que esta forma de hablar está pasando de una fase oral a una escrita y quizás podría convertirse en una nuevo idioma, a través de un proceso parecido al de la formación de lenguas romances en la temprana Edad Media.
Hace una década, Stavans publicó un libro que lo colocó como uno de los especialistas más vistosos en este tema. Se trata de Spanglish: the making of a new american language (Harper Collins, 2003), en el cual no sólo acuña 6.000 palabras en esta “lengua”, sino que traduce al spanglish la primera parte del libro central del idioma castellano, Las aventuras del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Y he acá que la célebre entrada de “En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no me quiero acordar…” se convirtió en un extraño híbrido lingüístico que a muchos puede producir rechazo y que ciertamente hace que uno se formula la pregunta de si esta manera de hablar terminará, realmente, por cuajar en una nueva lengua:
“In un palacete de La Mancha of which nombre no quiero remembrarme, vivía, not so long ago, uno de esos gentlemen who always tienen una lanza in the rack, una buckler antigua a skinny caballo y un grayhound para el chase”.
¿Podrá esta manera de hablar convertirse, con el tiempo, en un idioma nuevo de toda regla?
Por Michelle Roche Rodríguez
@michiroche
www.michellerocherodriguez.