Por: Sarai Coscojuela @eco_aliados
Sabemos que el plástico es un gran contaminante del medio ambiente, pero a la vez sigue siendo muy útil para guardar distintos productos. Es por eso que diversos investigadores se han dado a la tarea de buscar una alternativa y eso es con el bioplástico.
En España el investigador Jesús Zorrilla, creó un envase de bioplástico fabricado a partir de un polímero extraído de la piel de aceituna, no es tóxico sino orgánico y además biodegradable.
Logró extraer de los residuos orgánicos de este alimento un compuesto denominado polihidroxialconato, que puede ser utilizado para la fabricación de plástico no tóxico y totalmente biodegradable.
Si lograra ser un éxito de fabricación, este nuevo plástico podría ser utilizado para el envasado de alimentos, en principio cualquiera. Sin embargo el uso más adecuado, sería envase para aceite de oliva, ya que evitaría los problemas que se generan por la migración de polímeros cancerígenos al aceite, procedentes de los plásticos actuales.
Igualmente este bioplástico puede proteger al aceite del proceso de oxidación provocados por la luz.
Actualmente la patente se encuentra en fase de puesta a punto del proceso industrial y de licencia de uso.
Igualmente en México, un estudiante de ingeniería química del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, logró aislar un biopolímero con semillas de aguacate, con lo cual pudo fundar su propia empresa llamada BioFase.
Su objetivo es buscar productos sostenibles a partir de fuentes abundantes que no tengan otros usos. La línea principal es obtener resinas a partir de semillas de aguacate por medio de una tecnología patentada.
Las principales características del bioplástico proveniente del aguacate es que se degrada en 24 días, también dependiendo de las condiciones ambientales. Además tienen una vida útil cercana a los cuatro años.
Este proceso no genera residuos peligrosos; la huella de carbón es sustancialmente menor que en el plástico derivado del petróleo, debido a un proceso de extracción de los polímeros. Y lo más importante es que es un producto sostenible y devuelve parte de sus beneficios al medio ambiente.