La salud y la automatización de lo cotidiano impulsan el auge del Internet de las cosas

Publicado : 28 agosto, 2017

Categoria : Sin categoría

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Por: Froilán Fernández @froilan

Los dispositivos y sensores conectados a Internet ya superan a los habitantes del planeta. El verdadero mundo conectado ya llegó.

Cada vez con mayor frecuencia oímos hablar sobre el Internet de las Cosas (abreviado IoT en inglés, por Internet of Things) que se refiere al número creciente de dispositivos que pueden conectarse a la red de redes para realizar tareas específicas, interactuando entre ellos y también con las personas.

Ya no se trata de un concepto abstracto pues ya están disponibles comercialmente cientos de dispositivos que permiten automatizar tareas e informar oportunamente sobre su desempeño. Desde pulseras inteligentes que llevan un registro de la actividad física de quienes las usan, hasta sensores que envían una alarma cuando ciertos parámetros de un proceso se alejan del comportamiento esperado. Hoy es posible, por ejemplo, darle todo el cuidado que requieren sus plantas, mientras usted está de viaje, a través de sensores conectados que miden la humedad y otros parámetros para asegurar que cada planta tiene lo que requiere.

De acuerdo al Grupo Gartner, el número de dispositivos inteligentes conectados a la red de redes supera el número de habitantes y la proyección para 2020 supera los 25 millardos de dispositivos interconectados. Cuando se habla de dispositivos inteligentes se asume que éstos pueden no sólo tomar decisiones y autogestionarse, también tendrán la capacidad de aprendizaje y la de analizar su propio desempeño.

Monitor saludable

El sector de la salud, a través de los relojes y pulseras inteligentes; los automóviles, pues los grandes fabricantes ya asumen que deben estar conectados; y la gran cantidad de productos que ya están disponibles comercialmente para administrar el hogar conectado, son los tres grandes impulsadores del Internet de la Cosas, además de todo lo que se está haciendo, con menos visibilidad para el público en el sector industrial.

El sensor portátil EKG de Alivecor, Kardia, que es tan pequeño que se acopla al celular, alerta a los usuarios si su ritmo cardíaco es irregular, pero además la Clínica Mayo, que es uno de los inversionistas de Alivecor, ha comenzado a identificar otras señales en un electrocardiograma que se le pueden pasar por alto a un médico.

Los pacientes, sin embargo, siguen viendo al médico como fuente de información y de recomendaciones, pero los especialistas contarán en pocos años con la asistencia de dispositivos inteligentes que contribuirán a optimizar su labor. Y este es apena uno de los miles de dispositivos que hacen crecer la plataforma de IoT.

De un promedio de 8 dispositivos conectados por hogar en 2015, para 2018 se superarán los 20, si tomamos en cuenta los televisores inteligentes, celulares, tabletas, cámaras y los controles de iluminación, entre otros.

Por ahora, los gigantes Google, Amazon y Apple están proponiendo un altavoz inteligente que reconoce las instrucciones verbales de sus usuarios y que sirve de centro de control de otros dispositivos y sensores del hogar. Lo más notable de este enfoque es la capacidad de aprender sobre la dinámica de la casa y detectar incluso la presencia de intrusos.

Pero frente a las grandes promesas del Internet de las Cosas, hay retos importantes como la seguridad, ya que la misma conveniencia del acceso remoto a la administración del hogar puede ser una “puerta trasera” para hackers y la gran mayoría de los sensores ha sido concebida sin precauciones mayores de seguridad.

 

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