Por Ignacio Serrano                                                                                      @IgnacioSerrano                                                                                   www.elemergente.com

Miguel Cabrera alcanzó a Andrés Galarraga y se adueñó de uno de los últimos récords que le faltaban para consolidar su imagen como el mejor bateador venezolano de todos los tiempos.

Galarraga llegó a 399 jonrones en su brillante carrera de dos décadas y 19 temporadas en las Grandes Ligas. Al aragüeño le tomó casi la mitad del tiempo. Le dio caza en su duodécimo campeonato.

La tabla que largó este viernes en San Luis, para dar caza al Gran Gato, desató una fiesta en los medios de comunicación venezolanos. Lógico. Ninguno de los herederos del Patón Carrasquel ha dado más cuadrangulares que él.

La era de Galarraga ha dado paso a la de Cabrera. Fue un batazo con autoridad: por el center del Busch Stadium, contra el relevista Mitch Harris, en el séptimo inning, a más de 400 pies del home.

Por la misma zona, pero en el Pro Player Stadium, en Miami, fue el primer bambinazo de Cabrera en la gran carpa, en 2003.

El nativo de Maracay y Galarraga engalanaron las portadas de los periódicos locales este sábado, debido a la hazaña. La transmisión de FOX Sports destacó el hecho y la prensa estadounidense resaltó la faena, con palabras de admiración del heredero por el que fue epítome del poder en Venezuela.

Cabrera trotó por las bases como hacían los jonroneros de antes, sin aspavientos. Con la humildad que acompaña a los verdaderamente grandes. Pero al cruzar por tercera, sonrió.

Fue la concesión que se hizo por su entrada a los libros que recogen la historia del béisbol.