Por: Sarai Coscojuela / @eco_aliados
El plástico se ha ido convirtiendo poco a poco en un dolor de cabeza para el planeta. Es por eso que cada día más países están tomando la decisión de prohibir las bolsas de plástico de un solo uso, pero en otros espacios se está buscando la forma de reemplazarlo de una manera más ecológica.
Un ejemplo de esto viene de los estudiantes de ingeniería química de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en México, que desarrollaron un bioplástico a partir del hueso del aguacate, y que podría ser utilizado para elaborar desechables, también resistir los líquidos calientes, se biodegrada en 300 días. Igualmente puede servir para diseñar material quirúrgico compatible con el cuerpo humano.
Una de las estudiantes de este proyecto, Perla Guadalupe, explicó que Michoacán es el primer productor de aguacate a nivel mundial y que veía cómo se desperdiciaba gran parte del residuo del alimento. De ahí su interés para encontrar alternativas para aprovecharlo.
La película que crearon los estudiantes puede servir para la fabricación de pitillos, bolsas, platos desechables. Este material se deshace en 300 días, a diferencia del polietileno que se degrada en aproximadamente 500 años.
Además la película que proviene del hueso del aguacate no se combina con polímeros sintéticos.
Pero los estudiantes explicaron que, aunque este proyecto puede traer grandes beneficios al medio ambiente, los bioplásticos actualmente son 40 veces más caros que el plástico sintético. Por lo que otro reto de esta innovación es lograr que los costos sean similares.
Siguen las prohibiciones
Mientras los estudiantes mexicanos buscan alternativas para sustituir el plástico, otras ciudades del mundo están restringiendo su uso en el día a día. Ahora le tocó el turno a Seattle, en Estados Unidos, que prohibió los cubiertos y pitillos de plástico en los restaurantes y cafés.
Ya en el año 2008 los legisladores de esta ciudad habían aprobado la prohibición, pero le dieron varios años a los restaurantes para que pudieran adaptarse y encontrar sustitutos como los biodegradables.
Sin embargo ya a partir de hora su uso queda totalmente prohibido y la infracción sería de hasta 250 dólares.
Seattle, está ubicada al borde de una bahía de la costa del Pacífico y, es la mayor ciudad estadounidense que ha impuesto tal prohibición, lo que hasta ahora solo unos pocos centros turísticos se habían atrevido a hacer, como es el caso de Malibú (California) el 1 de junio.
Es por esto que actualmente en California se está debatiendo una ley que también busca restringir el uso de los plásticos, aunque no es tan radical como la de Seattle. Aunque se prohíba el uso de pitillos y cubiertos de plásticos, si un usuario los pide, el comercio tendrá que dárselos.