Por Sarai Coscojuela (@Eco_aliados)
Ahora también hay investigadores y científicos que están tratando de conseguir un papel más ecológico y que tenga un menor impacto en el ambiente.
El reciclaje es una buena idea y con la máquina PaperLab el objetivo es que se puedan re utilizar 6.720 hojas de papel en una sola jornada de trabajo. A partir del próximo año las empresas podrán crear su propio papel reciclado con los desechos de hojas que ellos mismos produzcan.
El papel usado tendrá un nuevo uso con esta innovadora tecnología que puede producir diferentes tamaños y grosor de papel. Esta máquina permitirá reciclar el papel usado en la oficina en un proceso en seco, con lo que se crea un ecosistema que reduce las emisiones de CO2 y además aumenta el ahorro en la logística de recogida de los desechos sólidos.
Igualmente elimina de forma segura los documentos oficiales y ahorra agua, porque evita utilizar grandes volúmenes que son necesarios en los procesos tradicionales de reciclaje.
PaperLap utiliza adhesivos que se impregnan en las fibras sueltas de papel limpiando la tinta impresa, todo se hace en un proceso químico que devuelve el color blanco a las hojas.
Este sistema se pondrá a la venta en Japón el próximo año y será presentado en Europa en el mes de marzo.
Un grupo de investigadores del Instituto de Materiales de Misiones trabaja en el desarrollo de nanofibras de celulosa obtenidas de residuos foresto-industriales, como el pino y el eucalipto que podrían ser utilizados para la fabricación de papel, aumentando su resistencia y generando más procesos amigables con el medio ambiente.
Aunque las nanocelulosas se pueden utilizar en la fabricación de carros e insumos médicos, estos investigadores se están enfocando en el papel. María Cristina Área, investigadora, aseguró que estudian la potencialidad de las nanofibras para reforzar el papel, especialmente el de color marrón, que se utilizan en el embalaje.
El uso de residuos como materia prima y la disminución en el consumo de energía convierten la nanocelulosa en un recurso primordial para aumentar la sostenibilidad del proceso en la producción del papel.
