Por Sarai Coscojuela (@Eco_aliados)
En la búsqueda de energía alternativas, los investigados han encontrado cualquier cantidad de opciones que nos permitirán en un futuro cercano ir dejando atrás los fósiles y combustibles tradicionales para así, mejorar el aire y la calidad de vida de los humanos y el planeta.
No solamente el sol y las fuertes brisas son capaces de generar electricidad. Según un informe del Instituto de Investigación de las Naciones Unidas, el biogás que proviene de excrementos de humanos representa una fuente potencial de energía para producir electricidad para al menos 138 millones de casas.
Es decir, los desechos de los humanos podrían iluminar los hogares de Indonesia, Brasil y Etiopia. El costo que tendría este proceso de obtener el biogás del excremento sería de 9.500 millones de dólares y se tendría que hacer bajo un proceso riguroso en circunstancias controladas.
Pero la de los humanos no es la única que funciona para generar electricidad. En México un grupo de investigadores pretende construir un sistema integral de manejo para las heces de perros para producir energía eléctrica mediante un biogestor.
El proyecto de nombre Composcan tiene como objetivo ayudar con los millones de desechos caninos que son tirados en las calles de Ciudad de México. Al menos dos millones de perros habitan en esta ciudad y generan, según los investigadores, 700 toneladas de heces.
Olivares Guevara, uno de los científicos de la investigación indicó que los residuos tienen la característica de fermentarse producen gas metano. Las heces caninas además se descomponen rápidamente y pueden producir una gran cantidad de gas metano.
“Para hacerlo más eficiente, utilizaríamos un residuo vegetal para crear una especie de mezcla, con el fin de que la energía sea más abundante”, explicó Guevara.
Agrega que con tan solo dos millones de toneladas de excremento perruno se podría garantizar electricidad para más de cien casas diariamente y también podría funcionar para producir fertilizante.
Vacas en autobuses
Las vacas también podrían ser grandes ayudantes en la generación de energía eléctrica y ya incluso lo están haciendo desde hace varios meses en el Reino Unido con un autobús que puede llegar a los 125 kilómetros por hora.
El secreto de este transporte es que su combustible es el biometano que se obtiene de las heces de vaca.
El autobús se llama Bus Hound y forma parte de la flota de la empresa Reading Buses. Su diseño además se basa en la piel de la vaca.
En su interior el transporte contiene siete tanques donde se almacena en estado líquido el biométano que se obtiene de una empresa encargada de obtener la materia prima, que son las heces de las vacas.
Este autobús circula normalmente por la ciudad como si utilizara depósitos de gas natural.