Teresa Carreño dedicó su vida a la música. Fue compositora, concertista, empresaria musical, directora de orquesta, hizo giras por cuatro continentes y recibió el reconocimiento de destacados músicos de su tiempo, en una época en la cual el protagonismo de las mujeres en este campo era muy poco común.
Por Inés Quintero * | IG @inesquinterom
Nació en Caracas en 1853. Teresa Carreño desde pequeña manifestó un especial virtuosismo musical lo cual fue advertido por su padre, Manuel Antonio Carreño, también músico, quien se encargó de su formación. A los 7 años la familia se mudó a Nueva York para garantizar su educación, dos años después ofrece su primer concierto y toca ante Abraham Lincoln en la Casa Blanca.

Teresa Carreño en Nueva York, 1910, fotografía de Aimé Dupont, colección Museo Teresa Carreño
En 1866 la familia se estableció en París, ese año falleció su madre, pero su carrera artística no se detuvo, continuó sus estudios de piano e idiomas, y comenzó el contacto con el ambiente musical europeo. Ofreció numerosos conciertos, convirtiéndose en un referente del mundo musical de su tiempo. Invitada a Venezuela por el presidente Joaquín Crespo en 1885, realizó una gira por el país y, poco tiempo después, Antonio Guzmán Blanco le ofreció dirigir una compañía de ópera en Caracas, el proyecto fue un fracaso total.
Su vida amorosa se vio intervenida por las exigencias de su carrera profesional. Luego de tres matrimonios, en 1901, se vinculó afectivamente con Arturo Tagliapetra, hermano de su segundo esposo.
Su carrera artística no tuvo interrupciones. Establecida en Berlín desde 1889 continúo sus compromisos, realizó giras por Europa, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica, sin descanso. En 1912 se realizó un homenaje en su honor, en Berlín. Cinco años después, falleció en Nueva York consumida por el cansancio y el deterioro de su salud, producto de su exigente vida artística.
Su última voluntad fue que sus restos reposaran en Venezuela. En 1938 fueron trasladados a Caracas y en 1977 incorporados al Panteón Nacional. En 1983 se colocó su nombre al Complejo Cultural “Teresa Carreño”, en reconocimiento a su descollante carrera artística.