Producir frío a través del calor
Por: Sarai Coscojuela | @eco_aliados
Sabemos que ya en algunos países empieza la temporada de calor y que luego de tres meses atravesarán nuevamente por el duro invierno. Sin embargo estas dos temperaturas, aunque incompatibles entre sí pueden ayudarse mutuamente y también a las personas.
Existen formas de almacenar el calor para poder convertirlo posteriormente en calefacción y así calentar a las personas en la temporada de frío. El aparato desarrollado por Empa es uno de esos que puede almacenar la energía solar térmica desde el verano hasta la llegada del invierno.
La teoría que se utilizó para desarrollar esta primera máquina es que si viertes agua en un vaso de precipitado que contiene hidróxido de sodio sólido y concentrado, esta mezcla se calienta. Por lo tanto la disolución es exotérmica, es decir, que la energía química se libera como calor.
Robert Weber y Benjamín Fumey, los investigadores de este proceso, están intentando llevar este experimento a una escala comercial. En la práctica, el medio de almacenamiento es un líquido viscoso que consiste en una solución de hidróxido de sodio al 50% que gotea desde un tubo espiral.
Mientras que absorbe vapor de agua y transmite el calor en una tubería. Este proceso también funciona a la inversa, por lo cual permite acumular el calor.
Fumey explica igualmente que este método permite que la energía solar almacenada en forma química durante el verano se pueda utilizar en el invierno. “El calor almacenado puede ser transportado a otro lugar en forma de solución concentrada de hidróxido sódico, lo que flexibiliza su uso”, agrega.
Otro sistema llamado Climatewell también puede hacer esta “magia” al convertir el calor en calefacción. Puede almacenar la energía solar y lo hace mediante la energía liberada a través de los cambios de estado en la materia, de forma parecida a como lo hace la bomba de calor, aunque en este caso lo hace mediante la disolución de sales en agua.
Este proceso se produce con energías renovables, por lo cual es completamente ecológico. En primera lugar, se capta la energía solar a través de paneles solares o calderas de biomasa.
Esta energía se almacena, la cual se convierte en fuente de alimentación para el sistema encargado de producir frío. Luego se distribuye la energía en forma de frío; generalmente se utiliza un circuito radiante instalado en el suelo o techo.
Finalmente la máquina que produce el frío realiza lo que se conoce como circuito de disipación, capta el calor dentro del edificio para emitir el frío.