Opuestos, de Yuri Liscano
Por Lorena González I.
Encontrarse con Yuri Liscano (*) en los jardines del Museo de Bellas Artes resulta una experiencia casi familiar. Muchos lo conocemos porque desde hace un buen tiempo su pasión por la fotografía le ha llevado a recorrer distintos ámbitos. Se ha desempeñado como curador, investigador, gestor, editor e impulsor de la imagen en las distintas instituciones donde ha trabajado, poniendo un énfasis especial en desentrañar los caminos de lo fotográfico: su historia, sus recorridos, sus desplazamientos… sin olvidar los distintos niveles que este género ha experimentado en un campo de globalizaciones volátiles que convierten el intercambio con la imagen en un campo de constantes transformaciones. Sin embargo, más allá de esta experiencia que le ha dado hoy el cargo de curador de fotografía en el Museo de Bellas Artes, Yuri es, en esencia, un fotógrafo.
LG.- Es inevitable que al conversar sobre el Instagram uno no deje de reparar en tu experiencia con la imagen y la labor que has desarrollado como artista a través de la fotografía analógica y digital. Pensando en esta nueva estrategia, ¿cuál sería para ti la diferencia fundamental entre realizar un registro con esos renglones de la fotografía clásica o ejecutar la captura de una imagen mediante la fotografía móvil?
YL.- Yo creo que el asunto principal es un problema de tiempo. En el trabajo digamos más personal, que atañe a la vida de un fotógrafo, tanto en los linderos de lo analógico como en la construcción digital, existe un proceso mucho más lento donde cada artista tiene la posibilidad de realizar una depuración. En las estrategias de la telefonía móvil es todo lo contrario, la toma es instantánea, inmediata, es un riesgo de velocidad extrema entre la mirada y el contexto. Además de eso, una vez que realizas la imagen al instante siguiente la están viendo un sin fin de personas.
LG.- ¿Y a nivel formal, esa rapidez o velocidad con la captura qué significa dentro del acabado final que debe tener una imagen?
YL.-Lo relevante es entender que son áreas de trabajo diversas. Fíjate, en las propias herramientas que posee el teléfono tienes la posibilidad de hacer ediciones sobre los contrastes de tono, el color, el blanco y negro, incluso el enmarcado de la imagen. También se debe estar atento al formato porque es una medida inédita a la que usamos normalmente con el formato digital. Ese carácter define nuevas aproximaciones al encuadre y a la luz, encontrar el mejor camino para que todos los elementos y bondades que brinda la cámara del teléfono entren en equilibrio, es el punto que convierte a esa toma en un suceso particular.
LG.- Hablando ya como artista ¿qué es lo que sueles escoger para el Instagram? ¿Hay una temática o algún evento especial que privilegies?
YL.- Con el Instagram fotografío cosas que me consigo a diario. Lo cotidiano me llama mucho la atención, objetos, lugares, personas… Se ha transformado también en una especie de disciplina; pues luego que comienzas le tomas el gusto y sales a la calles o dónde estés, y siempre te ves a ti mismo muy pendiente de lo qué vas consiguiendo para retratarlo de inmediato. En ocasiones las imágenes tienen un título que también abre la puerta a otras lecturas; a veces no y la imagen en sí misma lo dice todo. En otros momentos aparece una reflexión sobre una noticia del día. Puede variar mucho y también contiene las intenciones de aquel que hace la foto: el que es retratista con seguridad se dedicará con mayor fluidez al retrato, mientras que aquellos fotógrafos interesados en la abstracción pues trabajan en construir su día a día de esa forma. Para mí lo más importante es la ampliación de la inmediatez, en las puntas de ese giro está la esencia de lo que coloco en Instagram.
Mientras terminamos Yuri habla del Instagram como una poética de lo usual que se ha vuelto fantástica. Parece que para él no hay tema preciso, todo tiene validez en esa especie de diario de artista que lo vincula con esa dinámica voraz de la fotografía. Su Instagram (@yuri_liscano) es el libro abierto de una imagen a contrapunto, una confesión visual que cambia y se multiplica en la mirada de los otros.
GALERÍA DE INSTAGRAMS DE YURI LISCANO
(*) Yuri Liscano forma parte del jurado curador durante el mes de mayo para el Concurso de Fotografía Móvil #GENTEQUEEMPRENDE de Banesco Banco Universal. Liscano es fotógrafo, curador e investigador del Museo de Bellas Artes.