Como niño expósito, fue criado por los sacerdotes Juan y Domingo Díaz Argote. En 1795, obtuvo el grado de doctor en Medicina. Viaja a Madrid para completar su formación y en 1810 lo nombran Inspector General de Hospitales. Al llegar a Caracas, la Junta Suprema no reconoce el nombramiento, continúa su actividad en los hospitales y colabora en el Semanario de Caracas.

Por: Inés Quintero | @inesquinterom

Nació en Caracas en 1772. Como niño expósito, fue criado por los sacerdotes Juan y Domingo Díaz Argote. Se formó en la Universidad de Caracas, donde obtuvo el grado de doctor en Medicina en 1795. De inmediato se dedicó al ejercicio de su profesión en el Real Hospital de Caracas y en el Hospital de San Pablo; en 1804 fue secretario de la Junta de Vacuna.

En 1805, José Domingo Díaz solicita que se le permita viajar a Madrid a trabajar como médico en la Corte, no obtiene respuesta. Viaja finalmente en 1808 para completar su formación y en 1810 es nombrado Inspector General de Hospitales. Al llegar a Caracas, la Junta Suprema no reconoce el nombramiento, continúa su actividad en los hospitales y colabora con Miguel José Sanz en el Semanario de Caracas. Contrario a la resolución independentista, es sometido a prisión y liberado por Domingo de Monteverde en 1812.

Desde entonces y como editor de la Gaceta de Caracas se convierte en ferviente opositor del proyecto republicano y se mantiene como leal colaborador de las autoridades realistas hasta 1821, cuando abandona Venezuela. Fue funcionario de la monarquía en Puerto Rico, y en 1828 pasó a Madrid en donde publicó su libro Recuerdos sobre la rebelión de Caracas, importante alegato contra la independencia escrito por un americano. No se conoce con exactitud la fecha de su muerte.

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Imagen: José Domingo Díaz colabora en el Semanario de Caracas.

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