Curadora del mes de agosto en #DestinosBanesco @banescobancouniversal
Tema del mes: Tradiciones venezolanas.
Yamel Rincón es una productora joven que se convirtió en comunicadora social por un desvío del destino. El periodismo fue la opción que encontró más cercana a sus inquietudes cuando tuvo que dejar de estudiar, pues cerraron la universidad donde aprendía Teatro, otra de sus pasiones fundamentales. No obstante, en la producción audiovisual, uno de sus desempeños más profundos y constantes en el área, ha encontrado una forma especial de producir contenidos, de hilvanar secuencias que aunque conectadas con el momento vivo de la actividad teatral, están centradas en la consolidación de una verdad que llegará al espectador: la noticia.
YR.- Siendo completamente sincera, el periodismo fue la opción que encontré al cerrar la universidad donde estudiaba Teatro. En ese momento mi papá me dijo que no era una buena opción dejar de estudiar mientras esperaba si abrían de nuevo la universidad. En ese momento -año 2000- abrieron la carrera de Comunicación Social en la Universidad Santa María y me puse a estudiar. Al empezar a recibir las clases, me fue llenando un entusiasmo por dar con todas las pistas que develan la verdad de una circunstancia que en periodismo llaman: noticia.
En el periodismo he encontrado mi mejor camino para conducir todas las ganas que siempre tengo de producir emociones, de plasmar momentos, de lograr lo que para otros es imposible, por lo que para mí el periodismo es la excusa para ser feliz y sensible con el otro.
LGI.- Te desempeñas en Efecto Cocuyo como periodista audiovisual y tienes varios años en estos procesos como productora. Me podrías comentar cuáles son tus lineamientos al armar cada proyecto, ¿qué te interesa comunicar como productora con cada uno de tus pasos en la carrera de periodista? ¿Qué significa ser productora en Venezuela?
YR.- En Efecto Cocuyo como comentas soy periodista audiovisual, soy la persona que pone en video las historias destacadas del portal y de esa manera trabajo en hacer voz e imagen las noticias y entrevistas que se desarrollan. Para mí ha sido un reto muy interesante y desafiante hacer audiovisual en Efecto Cocuyo, porque ellos navegaban en letras y llegué a este lugar a ponerle una cámara, un micrófono y todos los encuadres posibles para que cada historia que deciden contar, tenga la más sincera y directa exposición audiovisual. Unir las dos visiones es tan enriquecedor que a veces no sé cuándo apagar la máquina productora en la que me puedo convertir al apasionarme cada día por mostrar más y mejor todo lo que estamos viviendo en Venezuela.
Empecé como asistente de producción en el noticiero de la emisora Radio Caracas Radio en el 2
003 y desde entonces no he podido detener mis ganas de crear espacios donde todos podamos identificarnos, relacionarnos y emocionarnos. La noticia me lanzó al ruedo y he podido aprender a producir programas de entretenimiento, de política, noticiarios, entrevistas y micros radiales y televisivos. He podido constatar y aprender nuevos lenguajes con los cambios tecnológicos naturales de los recientes avances y aquellos a los que la política del país ha obligado a inventarse para no callar todo lo que los ciudadanos de este territorio y fuera de él, necesitan saber.
Ser productora en Venezuela te obliga a que potencies ese lugar común que a veces decimos: no conozco ni acepto un “no” por respuesta. Te lleva a que la capacidad de convencer e insistir sea prácticamente imposible de agotar, de tener que crear espacios con presupuesto “0” y aun así desarrollarlos de manera que se vean como si fueran de CNN… no siempre se logra, pero la frustración se tiene que traducir en mayor creatividad para lograr mejores objetivos. Ser productora en este país, es gritar a todo pulmón cada día: ¡NO ME DOY POR VENCIDA!
LGI.- ¿Cuáles crees son los alcances que el trabajo audiovisual te da para comunicar frente al trabajo del periodismo en otras áreas?
YR.-Entre mis inquietudes siempre está elaborar la forma cómo presentar un testimonio y/o entrevista que sea un aporte de valor para los usuarios, que le permita responder alguna de sus expectativas. Como productora audiovisual me concentro en que el alcance de alguna de mis piezas logre explicar con mayor claridad y precisión las distintas aristas que rodean a una noticia.
LGI.- Las redes sociales le han dado un giro importante a las formas de desempeño del periodismo. ¿Crees que estrategias como el Instagram han cambiado las formas de comunicar y difundir distintos eventos? ¿Usas estas estrategias dentro de tu trabajo?
YR.- El periodismo digital llegó para hacer del mundo entero un punto chiquito en una hoja. Todas mis piezas tienen formato YouTube y formato Instagram. Si no está ahí estás abandonando a un grupo importante de los usuarios. Gracias a esta plataforma la inmediatez y alcance de las noticias se han multiplicado y potencian la marca del medio en su credibilidad y cobertura.
LGI.- ¿Qué recomendaciones les das a los usuarios a la hora de retratar las tradiciones venezolanas? Nos podrías hablar de cuáles son las estrategias más correctas, ¿cómo lo haces y cómo es la mejor forma de contar historias de estos recorridos en Instagram? ¿Qué piensas de las tradiciones venezolanas y su hermosa capacidad para ser fotografiadas?
YR.- La principal recomendación que daría es tomar la foto con la mayor serenidad posible, para no perder ningún detalle ni emoción que se esté desarrollando en la actividad. Estas historias en Instagram tienen poder y viralidad en la medida que se logre transmitir lo más preciso y emotivamente posible, porque las tradiciones se basan en las experiencias humanas en torno a un evento y siempre que se logren plasmar esas impresiones del momento, se tendrá un post con un atractivo especial y natural que todos querrán visitar y comentar.
Para mí las tradiciones venezolanas son la expresión más hermosa del país que somos, del verdadero país de ese que no tiene crisis ni violencia, sino aquel que reúne y brinda alegrías, experiencias y memorias inolvidables. En ellas podemos celebrar sin tener un bolívar en el bolsillo y a ellas siempre podremos recurrir sin importar las circunstancias.