Por: Lorena Labarca Clemont | @lorelabarca

No solo está en manos de los líderes del mundo acabar con la pobreza extrema, luchar contra la desigualdad y la injusticia o ponerle coto al cambio climático. Si bien el 25 de septiembre de 2015, más de 150 jefes de Estado y de Gobierno aprobaron durante la Cumbre del Desarrollo Sostenible la Agenda 2030 con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible -y que son de aplicación universal para lograr un mundo más llevadero-, todos podemos hacer nuestro aporte así sea desde el sofá de la casa.

Ingeniosamente, y como una forma de explicar que con las acciones más sencillas todos contribuimos para el logro de estos objetivos, la Organización de Naciones Unidas elaboró “La Guía de los vagos para salvar el mundo”; así no hay excusa posible.

¿Cuáles son los Objetivos de Desarrollo Sostenible? Son 17 y cada uno tiene metas específicas que deben alcanzarse hasta el 2030:  Fin de la pobreza; Hambre cero; Salud y bienestar; Educación de calidad; Igualdad de género; Agua limpia y saneamiento; Energía asequible y no contaminante; Trabajo decente y crecimiento económico; Industria, innovación e infraestructura; Reducción de las desigualdades; Ciudades y comunidades sostenibles; Producción y consumo responsable; Acción por el clima; Vida submarina; Vida de Ecosistemas terrestres; Paz, justicia e instituciones sólidas; y Alianzas para lograr los objetivos.

Con éstos se busca que todos los países, independientemente de si son ricos, pobres o de ingresos medianos, ejecuten medidas para promover la prosperidad mientras protegen el planeta. Qué significa esto: que el crecimiento económico vaya de la mano con la eliminación de la pobreza, garantizando a sus ciudadanos educación, salud, protección social y oportunidades de empleo, en sintonía con la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente.

En primera instancia creemos que es imposible lograr estos objetivos por lo complejo de los problemas que vivimos en el planeta; pero sí podemos contribuir para alcanzarlos. No es un lugar común aseverar que el cambio empieza por cada uno de nosotros. De allí “La Guía de los vagos para salvar el mundo”, que nos orienta sobre cómo desde nuestros espacios podemos ser parte de la solución. Aquí algunas recomendaciones que podemos ampliar en la página web oficial de las Naciones Unidas.

Desde el sofá

• Los estados de cuenta bancarios en papel son historia. Paga tus facturas en línea o a través del teléfono móvil. No es necesario destruir bosques.
• Comparte, no te limites a hacer clic en “me gusta”. Si ves una publicación interesante en las redes sociales sobre los derechos de la mujer o el cambio climático, compártela para que las personas de tu red también la vean.
• No imprimas. Si deseas recordar algo escríbelo en una libreta o apúntalo en una nota digital.

Desde casa.

• Deja que el pelo y la ropa se sequen de forma natural en lugar de encender una máquina. Cuando laves la ropa, asegúrate que la carga esté completa.
• El reciclado de papel, plástico, vidrio y aluminio impide que los vertederos sigan creciendo.
• Ponle a tu bebé pañales de tela o pañales desechables ecológicos.
• Usa fósforos de cartón. No necesitan nada de petróleo, a diferencia de los mecheros de gas fabricados de plástico.

Fuera de casa

• Utiliza una botella de agua y una taza de café reutilizables. Reduces los desechos.
• Lleva tu propia bolsa reutilizable al supermercado.
• Dona lo que no utilizas. Las organizaciones benéficas darán una nueva vida a tu ropa,  libros y muebles poco usados.
• Vacúnate y vacuna a tus hijos. Proteger a tu familia de enfermedades también ayuda a la salud pública.

“Desde el 1º de enero de 2016 rigen los esfuerzos de los países para lograr un mundo sostenible en el año 2030”

“Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son herederos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y buscan ampliar los éxitos alcanzados con ellos, así como lograr aquellas metas que no fueron conseguidas”