Por Ignacio Serrano| @IgnacioSerrano
Jesús Aguilar se ha revelado como el verdadero sucesor de Andrés Galarraga.
El beisbol venezolano ganó la fama de ser productor de campocortos, aunque en los últimos años han surgido generaciones de lanzadores, receptores y jardineros que han complementado la expedición nacional. Pero son pocos los inicialistas puros que ha tenido la embajada Vinotinto en las Grandes Ligas.
Galarraga fue el primer defensor de esa posición que jugó a diario en las Mayores y casi de inmediato se le sumó “el Cañón” Carlos Quintana.
Tres décadas pasaron desde entonces, un lapso en el que los criollos que pararon en el primer cojín lo hicieron como destino final a un recorrido que empezó en otros lugares del diamante, generalmente en el short, en tercera o incluso detrás del plato, cómo ocurrió con el “Café” Martínez, Miguel Cabrera, y Víctor Martínez.
Aguilar creció como primera base en las Menores de los Indios de Cleveland y como primera base se dio a conocer con los Leones del Caracas en la LVBP. Hoy es el cuarto bate de los Cerveceros de Milwaukee y el toletero con mejor OPS en el equipo que cerró mayo como el líder de la División Central de la Liga Nacional.
Galarraga nunca jugó otra posición en su carrera y también fue el principal slugger de divisas como los Rockies de Colorado y los Bravos de Atlanta. Hoy tiene un émulo que en 2018 se ha convertido en una de las principales estrellas del país de los shortstops.
