Por Ignacio Serrano (@IGNACIOSERRANO)
Magallanes nunca ha sido tricampeón. Busca esa hazaña desde los tiempos de la Primera División, cuando era el rival más popular del legendario y ya desaparecido Royal Criollos.
Esa espera puede terminar pronto, dependiendo del resultado de la final contra Anzoátegui. Pero esta divisa dirigida por Carlos García ya igualó otro logro de la franquicia: llegar a tres finales de manera consecutiva.
Es la tercera vez que eso ocurre con los Navegantes, y para llegar a la primera, hay que remontarse a la época dorada de la novena en su etapa profesional: la era del Poder Negro.
Aquellos turcos de finales de los años 60 fueron, casualmente, los que protagonizaron la mudanza a Valencia. Hasta entonces, los bucaneros eran un elenco capitalino, nacido en Catia, en la zona que lleva el nombre de la nave.
Desde el campeonato 1968-1969 y hasta el torneo 1970-1971, Magallanes disputó la instancia final, primero bajo las órdenes de Napoleón Reyes y en las últimas dos zafras bajo la conducción de Carlos “Patato” Pascual.
Hubo dos detalles en aquel intento de dinastía: la primera serie decisiva fue un todos contra todos con cuatro equipos, no una final directa, y los cabrialenses únicamente conquistaron una corona.
Aunque en realidad fueron dos títulos. Porque ese cuadro encabezado por el “Patato” Pascual en la 1969-1970 siguió de largo, después de barrer a los Tiburones, y también dominó la Serie del Caribe, la primera para Venezuela.
Cito Gaston y Jim Holt, dos miembros egregios del Poder Negro, acaudillaron esa edición de la nave, acompañados por Dámaso Blanco, Gustavo Gil, Orlando Reyes, Walt Hriniak, Danny Morris, Orlando Peña, Roberto Muñoz y Gregorio Machado.
En la 1968-1969 también estuvieron Pat Kelly y Joe Rudi. En la 1970-1971 se incorporó Hal King, afroamericano como Gaston, Holt y Kelly, y otros que vinieron antes o llegarían varios torneos después para dar fama al Poder Negro.
La siguiente seguidilla tuvo su base sobre el poder criollo. Desde la justa 1999-2000 hasta la 2001-2002, los eléctricos sumaron tres finales y un cetro. Esa misma generación, liderada por Melvin Mora, Endy Chávez, Carlos Guillén, Richard Hidalgo, Edgardo Alfonzo, Oscar Henríquez y Johan Santana, ya había ayudado a sumar un bicampeonato en las finales de 1996 y 1997.
Estuvieron al mando, por aquellos tiempos, Alfredo Pedrique, primero, y luego Phil Regan, ganador de la serie decisiva de 2002, contra los Tigres.
Chávez sobrevive de ese grupo. Asumió el mando para lograr el actual bicampeonato, junto al cubano Adonis García y Ramón Hernández, Ezequiel Carrera, Mario Lissón y, hasta hace algunos meses, Pablo Sandoval.
He allí una diferencia entre aquellos precedentes y estos Navegantes que asisten a tres finales en fila: Magallanes ya suma dos anillos en la seguidilla. Y sueña de nuevo con ser campeón.
