El sobresaliente desempeño de Antonio Demicheli en los Juegos Panamericanos de México quedó escrito con letras doradas en relieve, al marcar tiempo de un minuto, nueve segundos y ocho décimas.
Por Javier González
El primer pedalista que dio a nuestro país una medalla dorada en Juegos Panamericanos fue el italiano Antonio Demicheli, quien lo consiguió, para mayor gloria, con récord mundial en la prueba del kilómetro contra reloj, en el velódromo Parc Calles, de Ciudad de México, el 20 de marzo de 1955.
Demicheli nació en 1931 en Guillianova, provincia de Abruzzo, Italia. A finales de los años cuarenta se trasladó a Venezuela y a comienzos de la siguiente década se dedicó oficialmente a participar en pruebas de ciclismo.
Su sobresaliente desempeño en los Juegos Panamericanos de México quedó escrito con letras doradas en relieve, al marcar tiempo de un minuto, nueve segundos y ocho décimas, con lo cual derribó la marca mundial de 1.10.4, que estaba en poder del ruso Rotislav Vargachkin desde junio de 1954.
Segundo se clasificó en la cita mexicana el colombiano Octavio Echeverri, con 1.10.5 y tercero, Luis Pedro Serra, de Uruguay, con 1.11.2.
Los tiempos parciales de Demichelli fueron anunciados así: 16.3 segundos, 28.3, 41.2 y 55.2.
Según la reseña de segundo día, elaborada por la agencia gala de noticias France Presse, e insertada en la edición del 22 de marzo de 1955 en el diario caraqueño “La Esfera”, los registros de esta meteórica carrera prueban los solos que Demichelli supo administrar a la perfección: los primeros doscientos metros fueron cubiertos en dieciséis segundos, tres décimos, pero no tardó en superar este tiempo con doce segundos cinco décimos en los segundos doscientos metros, para repetir la hazaña en el tercer tramo y cubrir el cuarto en trece segundos y nueve décimos.
Los últimos doscientos metros fueron registrados por Demichelli en catorce segundos seis décimos.
Cuando se anunció el establecimiento de un nuevo récord mundial, una aclamación levantó en vilo al héroe venezolano.
Según la reseña de la agencia AP, publicada en el diario El Nacional, Demicheli señaló que en el caso de haberse efectuado una hora más tarde la prueba, tal vez no habría quebrado el récord, debido a un fuerte viento que empezó a soplar poco después de la realización de la competencia. Durante su curso hubo sólo una suave brisa.
Añadió que, en buena medida, su exitoso desempeño en México se lo debía al entrenador Felice Benotto.
Dedicación absoluta
Demicheli se inició en el ciclismo caraqueño en 1950 de la mano de Cosme Fernández. En ese entonces se entrenaba en el velódromo “José Pérez Colmenares”, ubicado en los Flores de Catia.
A fines de ese año se inscribió en su primera carrera, el Clásico Porvenir, que consistía en ida y vuelta a Los Colorados. Luego participó con éxito en otras importantes competencias, en representación del Club Casa de Italia, como el Clásico Olimpo y la carrera Caracas-Valencia, antes de hacerse ciudadano venezolano e integrarse a la selección nacional.
El periodista Héctor Sepúlveda hizo un breve recorrido por la carrera del pedalista que entonces contaba con 24 años de edad que a principios de los años cincuenta comenzó a competir en el viejo velódromo del oeste capitalino y de allí pasó a la moderna pista del “Teo Capriles”, en La Vega.
–Vino de Italia, un día cualquiera. De su país trajo el escozor permanente del ciclismo y aquí se hizo corredor –destacó Sepúlveda en la semblanza publicada en las páginas deportivas de La Esfera, el 21 de marzo de 1955. –Se le vio, desde el comienzo, la pasta campeonil. Porque era la absoluta dedicación a la máquina, el atleta devotamente entregado a una actividad que en él era afición y razón de vida. El recibir el saludo del sol en la luciente superficie de los manubrios, sobre el peralte del velódromo o al lomo de la carretera abierta a sus ansias de mejor preparación.
Y fueron victorias tras victorias. Y la confianza creciente de los directivos del ciclismo, que lo seleccionaron para que representara al país en las anuales competencias de Trinidad, de la Guayana, y, más tarde, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, el año pasado [1954].
Demichelli era, para entonces, un compatriota más. Y como tal actuó en México para contribuir en grado sumo a que Arsenio Chirinos, otra gran figura del pedal venezolano, conquistara el campeonato centroamericano de fondo.
Otra vez aquí volvieron las victorias, que le merecieron ser enviado a Italia por los hermanos Felice y Ernesto Benotto. Y victorias en su país de origen, y una intervención desafortunada en los Campeonatos Mundiales, efectuados en agosto, en Alemania.
De regreso, más triunfos y dos campeonatos nacionales, el de velocidad y el del kilómetro contra reloj, logrados en la pista del velódromo, en diciembre pasado, durante los nacionales de pista.
Su inclusión en la selección para los Panamericanos, como las de Arsenio Chirinos, Franco Cacioni, Julio César León, Gonzalo Pérez, Domingo Rivas, Antonio Montilla, resultaba insoslayable.
Antes de viajar a Ciudad de México, Demichelli se dedicó por entero a entrenar en la especialidad en la que ahora da categoría mundial al ciclismo nacional. En la pista del velódromo “Teo Capriles” mejoró sus propias marcas del kilómetro, del cual es recordman nacional, hasta hacer un 1’11’’ que el mánager Felice Benotto y el entrenador Héctor Alvarado, señalaban como paso hacia la victoria, por las más favorables condiciones de la pista mexicana. Con su actuación de ayer, el corredor venezolano para el que lo hay calificativo que no pueda aplicarle la euforia nacional provocada por su hazaña, responde a la confianza general.