Por Jessica Morales  @jessicaamorales

Debemos procurar mantener en todo momento la disciplina en el manejo de nuestras finanzas personales.

Si nuestro ingreso mejora bien sea por un incremento salarial, por una bonificación o por un aumento en las ventas de nuestro negocio, debemos  administrarlo con mucho cuidado y  evitar  aumentar los gastos en la misma proporción.

Contar con una mayor cantidad de dinero podría llevar a sentirnos confiados y a gastar más de lo que realmente necesitamos. Al encontrarnos en este caso deberíamos evaluar nuestra situación financiera y de acuerdo con los recursos de los que dispongamos procurar cancelar deudas, invertir y ahorrar.

Lo ideal es tener claras nuestras prioridades y  tener definidas nuestras metas financieras. Esto nos ayudará a utilizar estos recursos extras de mejor manera para alcanzarlas.

Algunas veces el incremento en nuestro ingreso es inesperado, pero otras sí conocemos que ocurrirá, por ejemplo estamos seguros de que contaremos con el pago de una bonificación o con un aumento de salario. En estos casos debemos tratar de no comprometer por adelantado todo este dinero.

Otra aspecto al que debemos estar siempre atentos es al efecto que podrían tener nuestras emociones en nuestras finanzas personales. Evite comprar de manera impulsiva. Estar muy alegre o muy triste podría llevarnos a adquirir productos y servicios que no necesitamos.

Pregúntese siempre si lo que está comprando lo requiere realmente o si sólo lo desea. En este caso, tenga en cuenta que no está mal darse un gusto, pero al hacerlo esté seguro de que sus finanzas lo permiten y de que ese gasto no afectará el pago de compromisos, la compra de productos o servicios fundamentales y que no lo desviará del camino para lograr sus metas financieras.

Procure no  dejarse llevar por la moda, recuerde que cada quien tiene sus prioridades y que no es una obligación comprar o tener lo que otros tienen.