Ignacio Serrano (@IGNACIOSERRANO)

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Venezuela nunca había tenido un equipo invicto en la Serie del Caribe, antes de 2006.

Aquella escuadra que condujo Carlos Subero, un manager novato por entonces en la LVBP, consiguió lo que no pudieron otros campeones criollos: los propios Leones de 1981, el Magallanes de 1970 y 1979 o las Águilas de 1984 y 1989.

Tampoco lo conseguiría el siguiente campeón nativo, los Tigres de 2009.

Era un equipo especial. No sólo estaba inspirado por un timonel joven, que formó un efectivo equipo con Julio Franco, su instructor de lanzadores. Además, fue capaz de derrotar a Aragua en la final, para evitar que los bengalíes de Miguel Cabrera cargaran con el tricampeonato, y llevó un lineup poderoso a la cita, celebrada entre Valencia y Maracay.

Henry Blanco estaba en la receptoría. Ramón Hernández en la inicial. Marco Scutaro defendía la intermedia. Alex González era el campocorto. Luis Rodríguez jugaba en la antesala. Franklin Gutiérrez patrullaba el center, con el prospecto Javier Herrera en el left y Rafael Álvarez en el right. Alex Cabrera actuó como designado.

Aquella potente alineación se sobrepuso a la falta de abridores experimentados, para barrer con los campeones de México, Puerto Rico y República Dominicana.

Célebre fue la última secuencia del torneo, cuando el elevado de Blanco cayó sobre la cabeza del desorientado campocorto quisqueyano Erick Aybar y se internó en lo profundo del outfield, permitiendo que González pisara el plato y desatara la euforia en el estadio José Pérez Colmenares.

Así se labró el único invicto de Venezuela en la Serie del Caribe.