Por: Sarai Coscojuela | @eco_aliados
Cada día son más los investigadores, científicos y diseñadores que se enfocan en crear nuevas tecnologías que tengan como meta principal el cuidado del ambiente. Sabemos también que una de las grandes metas es tener vehículos que sean eléctricos o que utilicen cada vez menos gasolina derivada de los fósiles.
Esto también aplica para los autobuses, un medio de transporte público que moviliza a cientos de personas en distintas ciudades del mundo. En Bruselas por ejemplo se ha confirmado que para el año 2018 la empresa pública de transporte arrancará el proyecto de sustitución de la flota municipal de autobuses por otros modelos 100% eléctricos.
Primero empezarán con dos de sus líneas y si los resultados son como los esperan, se extenderá al resto de las rutas de Bruselas. Probarán un sistema nuevo de recarga en cada una de las líneas y de esta forma podrán conocer cuál es la que mejor se adapta.
El objetivo de este proyecto es que para el año 2030 todos los autobuses de Bélgica sean 100% eléctricos. En un principio, con las dos líneas, el proyecto comprende una inversión de millones de euros.
Pero Bruselas no es la única ciudad del mundo que emprende esta nueva aventura. Hay otras 12 como Barcelona, Londres, París, Los Ángeles, Quito, Vancouver, Ciudad de México, Milán, Copenhague, Seattle, Cape Town, Auckland que han decidido tomar también la iniciativa de tener autobuses amigables con el ambiente.
Los líderes de estas capitales se comprometieron a través de la C40 por unas Calles Libres de Combustibles Fósiles a comprar solo autobuses eléctricos a partir del año 2025 y habilitar espacios de cero emisiones antes de 2030.
El objetivo de estas ciudades es poder acelerar la transición hacia vehículos cero emisiones y también reducir el tráfico. Por lo cual entra en juego el cambio de la flota de autobuses públicos eléctricos, con lo cual también se busca dar un ejemplo a otras capitales del mundo.
Esta iniciativa también viene acompañada de ampliar las zonas de peatoEcoles y las verdes, como es el caso de Barcelona, donde su alcaldesa, Ada Colau, indica que la idea es reducir las emisiones un 40% y aumentar los espacios verdes por habitante en medio cuadrado.
Por eso dotarán a la ciudad de 165 hectáreas de zonas verdes, así como habilitar lo que se conoce como supermanzanas, que propiciarán un nuevo concepto en el que peatones y ciclistas sean los protagonistas.