Lo “cuentos” de Vitico

Publicado : 5 marzo, 2025

Categoria : Deportes, Destacados, Memorias Deportivas

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Víctor Davalillo es considerado el mejor bateador de todos los tiempos en nuestra pelota. Falleció a la edad de 84 años el 3 de diciembre de 2023. Aquí recordamos una de tantas anécdotas relacionadas con su extraordinaria habilidad para el juego.
Por Javier González

Víctor Davalillo es considerado el mejor bateador de todos los tiempos en nuestra pelota. Falleció a la edad de 84 años el 3 de diciembre de 2023. Aquí recordamos una de tantas anécdotas relacionadas con su extraordinaria habilidad para el juego.

El desaparecido periodista deportivo y ex presidente de la LVBP, Duilio Digiácomo, afirmaba con frecuencia que Vitico era un superdotado para el juego de pelota.

En una de sus crónicas del diario El Universal, en los años sesenta, cuando Davalillo estaba en su mejor época como pelotero con los Leones del Caracas, el periodista relató lo siguiente:

Se sabe que Víctor Davalillo no podía resistirse a tomarse un trago y a veces, a embriagarse, pero aún así cumplía con sus compromisos. Recuerdo una vez que, como anotador oficial, bajé al terreno a buscar los lineups de los equipos. 

Faltaba aproximadamente una hora para comenzar el juego y Vitico no había llegado al estadio Universitario. Era domingo, la hora del inicio era a las 11 de la mañana. El mánager del Caracas, el recordado Regino Otero, hizo su line up y lo colocó, como siempre suele suceder en la pared del dugout

Cuando fui a copiar el orden al bate noté que faltaba un nombre, aparece en blanco el tercer turno al bate. Pensando que era un error del mánager se lo hice saber a Regino, quien con una sonrisa en los labios me dijo: 

“Ese turno es de Vitico que aún no ha llegado, pero ya sabemos que regularmente los domingos llega demorado para los inicios del juego”. En efecto, faltando 30 minutos le informaron a Regino que Vitico había llegado, pero que parecía no estar en condiciones para jugar. 

Otero subió al clubhouse donde Davalillo se estaba poniendo el uniforme. Regino le preguntó si podía jugar y Vitico le respondió que sí. Entre su hermano Pompeyo y el mánager le metieron la cabeza debajo de la regadera y Vitico salió al terreno. 

A mí me pareció insólito todo aquello, sobre todo que lo dejaran jugar. Aquella mañana, Vitico fue el mismo de siempre. Bateó de 5-3 (recuerdo un doble contra la cerca), jugó maravillas en el centerfield y reventó a un corredor que intentó llegar a la tercera base.

“Hay muchas anécdotas como esta, algunas de las cuales fui testigo. Ello me ha llevado a pensar, con el correr de los años, que como Vitico ninguno, que realmente es superdotado”, sentenció Digiácomo.

 

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