Por: Inés Quintero |@inesquinterom
Mariano Martí, oriundo de Bráfim, España, tomó posesión del obispado de Venezuela en 1770. Dos años después organizó la primera visita pastoral de su Diócesis. El recorrido del obispo fue impresionante. Comenzó por los pueblos cercanos a Caracas, siguió por la costa, y llegó hasta Maracaibo pasando por Carora, El Tocuyo, Barquisimeto y Guanare. Regresó a Caracas y continuó hacia los llanos, los Valles de Aragua, Valencia, Barlovento y Guarenas.
La visita no se limitaba a las ciudades, el obispo y su comitiva se paraban en cada pueblito que encontraban a su paso. Su llegada representaba un gran suceso: se trataba de la máxima autoridad eclesiástica de la provincia que se hacía presente para conocer el estado en que se encontraba el rebaño a su cargo.
En su largo recorrido el obispo Martí fundó pueblos, erigió parroquias, hizo inventarios, registró costumbres, persiguió y castigó a los pecadores y se ocupó de escuelas y hospitales. La visita le tomó doce años. El registro de todo lo realizado fue publicado en varios tomos por la Academia Nacional de la Historia y constituye una fuente única para conocer el estado material y espiritual de Venezuela a finales del siglo XVIII.
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