Por Froilán Fernández (@Froilan)
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Para muchos usuarios, el cambiante mundo de la tecnología es fascinante pero siempre está presente el fantasma de la obsolescencia, es decir, la caída en desuso de los dispositivos no por un mal funcionamiento, sino por un desempeño insuficiente en comparación con los nuevos equipos o porque las versiones nuevas de software exigen dispositivos más poderosos.
¿Por qué un smartphone o laptop tiene que considerarse obsoleto un año o dos después de ser lanzado? Aquí hay una polémica entre quienes afirman que existen políticas de obsolescencia programada por parte de las compañías y los que sostienen que se trata de consumismo puro, el afán aspiracional llevado al máximo.
La solución modular
Google armó el proyecto de un smartphone modular que fue anunciado también por Motorola, poco antes de que se concretara la venta de esta fabricante de smartphones a Lenovo, quien seguramente adopte la iniciativa, bautizada como proyecto Ara.
El proyecto Ara contempla tres formatos, con módulos intercambiables, que permiten armar, tipo Lego, desde teléfonos básicos, sólo para voz y mensajes de texto, hasta smartphones de última generación, a los que se les puede actualizar la pantalla, el procesador, la cámara, y otros componentes, cada uno por separado.
A veces vemos que la diferencia entre un iPhone o un Android de tope de gama y el siguiente modelo está en el procesador, en la resolución de la pantalla o en la resolución de la cámara. En el caso de tener un teléfono modular como el propuesto, estos cambios pueden hacerse gradualmente, cuando el usuario decida reemplazar un determinado componente y no tiene que cambiar de teléfono cada vez que el fabricante lance un nuevo modelo.
Además de la iniciativa de Google y Motorola, existe un consorcio denominado Phoneblocks que está tratando de agrupar a los fabricantes para que adopten los teléfonos modulares, con la condición de que los módulos de las diferentes marcas sean compatibles entre sí.
Gran parte del éxito que se le augura a este tipo de teléfonos celulares descansa sobre los centenares de millones de personas en el mundo que usan todavía un teléfono básico y que pudieran comenzar con el modelo más elemental para luego agregar una cámara, capacidad para manejo de datos o procesadores más poderosos.
Recurso legal
Es muy común que con cada liberación de software nuevo –operativo o de aplicación—quedan sistemáticamente excluidos muchos dispositivos de hardware que ya tienen cierto tiempo en el mercado. Un iPhone 4, por ejemplo, un Mac mini de primera generación, o un Android de hace tres años, no tienen acceso a las versiones vigentes de los sistemas operativos o a las apps actuales.
La Asamblea Nacional francesa, que discute el proyecto de ley sobre la transición energética, acaba de aprobar una enmienda a dicho proyecto contra la obsolescencia programada, a la que califica como delito y podría acarrear multas de hasta 300.000 euros y hasta dos años de prisión.
Según el texto de la ley, la obsolescencia programada se refiere a “…el conjunto de técnicas de un fabricante que intenta, especialmente por la concepción de un producto, a recortar intencionalmente la duración del producto o la de su utilización potencial, con el fin de aumentar la tasa de reemplazo…”.
Para los productos que cuesten más del 30% del salario mínimo será obligatorio proveer información sobre la duración estimada del equipo, según la nueva ley.