Por: José Suárez Núñez
Cuando las compañías petroleras concesionarias fueron estatizadas en 1976 -después de 60 años de actividad extractora-, se habían bombeado del subsuelo unos 35.000 millones de barriles, que ahora viene a ser la mitad de los crudos convencionales de reservas, sin incluir en la cuenta las crudos extrapesados de la Faja del Orinoco. Asimismo, habían ingresado al país por concepto de impuestos más de 383.000 millones de dólares.
En esos días se abría un pozo donde quería el jefe de la patrulla exploratoria; hoy se practican métodos técnicos y científicos mucho más complicados, porque mientras los pozos del medio oriente producen un promedio de 3 mil barriles diarios, los pozos nacionales están por debajo de 300 barriles por pozo. Pero no es para entristecerse, ya que los pozos estadounidenses producen un promedio de 9 barriles por pozo.
En los años del “boom” -después del reventón del pozo Los Barrosos en el año 1922-, los campos petroleros se fueron convirtiendo en ciudades y ya no se puede perforar; pero en el Zulia hay un grupo de viejos pueblos y actuales prósperas ciudades, donde permanecen en el subsuelo más de 40.000 millones de barriles de crudos medianos y livianos, que van a requerir en el futuro, técnicas muy especializados para extraerlos, como ya se ha hecho en pequeños volúmenes en Cabimas.
En seis ciudades de la Costa Oriental del Lago de Maracaibo: Cabimas, Ciudad Ojeda, Tia Juana, Santa Rita, Lagunillas y Bachaquero, hubo la mayor actividad petrolera en el pasado. Esos pequeños campos marginales, fueron dejando ciudades que crecieron anárquicamente. Esto creó problemas a la industria petrolera de esos años, haciendo vulnerable sus operaciones.
Cuando se nacionalizó la industria petrolera en 1976, las empresas concesionarias ya sabían que el sector sería estatizado y las empresas detuvieron la búsqueda de nuevos campos y paralizaron el mantenimiento de los pozos. En 1957 se estaban perforando 1.712 pozos y cuando fue estatizada, 19 años después-, solo estaban perforando 246 pozos y el sector petrolero estaba en punto de declinación.
La nacionalización forzó una marcha forzada de recuperación y comenzaron los problemas de recuperación secundaria, mediante la inyección de agua, vapor, o gas natural, así como otras practicas químicas, para remover el petróleo, hacerlo más líquido y que emergiera a la superficie.
En 1978 el promedio de producción era de 2,1 millones de barriles diarios, que procedían en su mayoría de la recuperación secundaria.
Para la realidad venezolana de hoy, esta fabulosa riqueza no puede perderse y existen métodos sofisticados de recuperación secundaria. Debajo de Cabimas hay 7.000 millones de barriles, debajo de Mene Grande 2.000 millones de barriles y 25.000 millones de barriles debajo de Lagunillas, Tia Juana y Bachaquero.
De esos 40.000 millones de barriles, el 81 por ciento es susceptible de recuperación, mediante inyección de vapor, agua, agentes químicos y otros procesos futuros. El bolsón de riqueza petrolera está encuadrado en una franja de 59.000 hectáreas de la costa oriental del Lago Maracaibo.