Una universidad estadounidense dio a conocer un estudio donde revela que la exposición a la luz natural influye en el peso corporal. Tomar unos minutos de sol al día ayudarían al cuerpo a regular funciones como el metabolismo y el reloj interno.
Compartimos artículo publicado por Tendencias21, con el título “Media hora de luz diaria matinal ayuda a perder peso”:
Un nuevo estudio de la Northwestern University (Illinois, EE.UU.) afirma que el momento, la intensidad y la duración de la exposición a la luz durante el día de una persona está vinculada a su peso.
Las personas cuya exposición diaria a la luz tenía lugar principalmente por la mañana tienen un índice de masa corporal (IMC) significativamente más bajo que los que se exponen a una hora más tardía, según el estudio.
La influencia de la exposición a la luz de la mañana en el peso corporal es independiente del nivel de actividad física del individuo, su ingesta de calorías, el ritmo del sueño, la edad o la estación del año. De ese factor depende alrededor del 20 por ciento del índice de masa corporal de una persona, señalan los autores.
“La luz es el agente más potente para sincronizar el reloj biológico interno que regula los ritmos circadianos, que a su vez también regulan el equilibrio energético”, explica la autora del estudio Phyllis C. Zee, en la nota de prensa de la universidad.
“El mensaje es que las personas deben exponerse más a la luz entre las 8 de la mañana y el mediodía. “En torno a 20 o 30 minutos de luz matinal es suficiente para afectar el IMC. Zee es profesora de neurología, especializada en ritmos circadianos y en sueño.
“Si una persona no recibe suficiente luz en el momento adecuado del día, podría desincronizarse el reloj interno del cuerpo, que se sabe que altera el metabolismo y puede conducir al aumento de peso”, explica Zee. El mecanismo exacto de cómo la luz afecta a la grasa corporal requiere más investigación, aclara.
Pocos luxes
Muchas personas no reciben suficiente luz natural por la mañana, señala la investigadora, debido a que el estilo de vida estadounidense es predominantemente interior. “También trabajamos en ambientes con poca luz, por lo general entre 200 y 300 lux (medida de iluminación).
En el estudio, 500 lux era “el número mágico” o umbral mínimo para tener un IMC más bajo. Incluso en un día nublado, la luz al aire libre es de más de 1.000 lux. Es difícil lograr este nivel de luz con una iluminación interior normal, señalan los científicos.
Según Reid, “al igual que la gente está tratando de tener más horas de sueño para bajar de peso, tal vez gestionar la luz que recibimos es otra manera de hacerlo.”
Otro de los investigadores, Giovanni Santostasi, que es físico de formación, desarrolló una nueva medida para el estudio que integra el momento, la duración y la intensidad de la exposición a la luz en un solo número llamado MLIT (mean light timing).
Buscó una correlación entre el tiempo de exposición a la luz, la duración o la intensidad en los datos brutos del estudio, pero ninguno de esos factores se asociaron de forma individual con el IMC. Sólo cuando comenzó a combinar parámetros vio que había una fuerte correlación entre los tres combinados y el IMC.
El estudio incluyó a 54 participantes (26 varones, 28 mujeres), de una edad promedio de 30. Llevaban un actígrafo en la muñeca que midió sus parámetros de exposición a la luz y de sueño durante siete días en condiciones normales de vida. Su ingesta calórica se determinó a partir de siete días de registros de alimentos.
El reloj biológico
El hallazgo pone de relieve la importancia de la “salud circadiana”, es decir, cómo se sincroniza la exposición a la luz y a la oscuridad con el reloj interno del cuerpo. “Nos centramos en cómo el exceso de luz en la noche es malo, pero también es malo no tener suficiente luz en el momento apropiado del día”, señala Zee.
Los lugares de trabajo y las escuelas deberían tener ventanas. Los empleados deben ser alentados a salir a la calle para el almuerzo o los descansos, y la iluminación interior debe mejorar en general.
Si bien no se encontró una vinculación entre la duración y el tiempo de sueño con los resultados, los cronotipos “búho”, que se quedan despiertos hasta tarde y se levantan más tarde, serían la población más afectada por una exposición a la luz más tardía. Pero incluso los “alondras”, que se despiertan temprano, se verían
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